miércoles, 30 de diciembre de 2009

Andamios contentos

...pero no en todos los desniveles del corazón.

Un estar bien ocupa de harta reparación, y como las carreteras, mientras se bachea la entrada, ya se abren nuevas hendiduras en la salida.
Quizá, como hasta ahora, el estar bien sólo me llegue a ratos,
por ráfagas de olor a tormenta eléctrica,
quizá mi treparme a mi misma sólo sea una ilusión de arreglo personal,
pero estos andamios son la prueba irrefutable de que he usado mis herramientas para hacer ajustes en varios niveles.
Y allá afuera, siempre un despertar de pájaros,
siempre un cielo azul en espera.
Y para apreciar el allá afuera,
nada como los sótanos personales.
P.D. Hoy andamios contentos, porque Andamios se va de mi lado a ser compañía de un gran corazón. Ciao Andamios.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Y todo pasa

...dicen las abuelas, los que saben y también los que ignoran los instantes eternos que duran las penas. Todo pasa. Y permanece.
Hay penitas que al pasar sobre de nosotros, se instalan cual semillas y dejan al pasar uno que otro arbusto de su mata que sigue dando para la pena aquella que nos traía atravesados.


Todo pasa sobre un corazón todo terreno.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Rompecabezas

¿Herido de muerte natural?
...
Sobre la herida,
hasta la caricia duele.
Intenté huir como animal herido,
y en el fracaso cogí,
azuzada por la madeja,
el cabo del hilo y pegué las piezas por instrumentos,
un poco a ciegas, un poco a sabiendas de por dónde no.
Y así quedó, ésta soy yo.
Piezas unidas
(bajo la dificultad que presenta cualquier rompecabezas),
unidas por un mismo objetivo:
seguir latiendo a galope tendido.

jueves, 10 de diciembre de 2009

y en el silencio se reparan las heridas

...hay más de una buena razón para guardar silencio. También hay buenas razones para hablar, para cantar, para alzar la voz, para gritar, para entrar en alarido, las razones nunca faltan. ¿Y cómo reparar?, ¿cómo repararse?, el silencio pétreo, aparentemente deja que todo se reacomode, como un enyesado al corazón permite las palpitaciones mínimas hasta que éste esté listo de nuevo para andar, para amar y regresar de nuevo a esa caída sin red hacia al vacío.

el silencio

... hubo un silencio aquí en este blog, en mi alma, y donde hablé, pedí ayuda a mi cabeza, mi corazón estaba en otro lado. En mi taller, los libros quedaron sepultados entre telas a medio pintar, tubos de pintura, maderas, papeles, tazas de té, de café, y mis gatos buscando un rincón para acomodarse.

El cementerio de los corazones rotos que me habita no es otra cosa que la de yo mismas que he tenido que ser para seguir siendo, renovada, restaurada y un poco muerta pero al tiro. Y mi corazón, habitado por una variedad infinita de apéndices y parásitos, palpita.

p.d. Fadanelli, ¿en verdad el infierno te parecen los otros?, cuando bebas hasta el fondo indaga el averno que te habita... se asemeja a mi cementerio de corazones rotos. Ojalá beber me sirviera, la cerveza es menos húmeda que esto que pinto, que esto que llevo por dentro.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Vacíos


En el vacío se siente uno... sin motor.


Hay de boquetes a boquetes. No es lo mismo sentir un hueco en el estómago porque:


* has visto pasar a tu amor imposible.


* te han pillado con las manos en la masa


* temes entrar al dentista


* has descubierto al tacto un forúnculo en donde no asiste ni la mirada


* tienes días sin comer


* te han bateado


* te despides de un ser amado sin saber hasta cuándo


* tu jefe quiere hablar contigo y sientes que debes más de una



No es lo mismo. Pero el vacío es siempre ese hueco, esa oquedad que asemeja una herida abierta, un espacio de delirio, un agobio del no hay, del no está ay, ay, ay, ay.



Instalada en la queja, ayer me habitaban los fantasmas, hoy los extraño, siento un gran vacío.




domingo, 25 de octubre de 2009

Huérfana, de nuevo

Así, una y otra vez, recaigo en que soy huérfana, y cada año que pasa, la falta de Teté en mi vida, adquiere un nuevo sentido. Cada año, la orfandad me ataca de nuevas maneras, es como un virus que muta, no hay antibiótico que lo mate, sólo paleativos que lo aletargan, tratamientos homeopátcos que lo mantienen bajo control, momentos para no enloquecer, pero la orfandad, es un estado crónico e incurable. Muchos años jugué y me esforcé alrededor de superar el vacío ese, el del amor incondicional, el de tener quien te diga y quien te pele, nada, todo fue inútil, intenté las mil y un estrategias para resanar la oquedad, y en eso, chin, que me lleno de hijos, como si con esto fuera yo a compensar la falta de madre, me convertí en la madre de los míos y de todos los que se me arrimaron, por accidente o por vía marital, la madre tierra. El ser madre, abrió aún más la cañada, la distancia entre mi historial y mis vivencias, se abría a cada paso, en cada amamantada, en cada pago de colegiatura, en cada ida al parque, en cada abrazo mío y de mis hijos, cada que el amor crecía irremediablemente y sin freno, peor de huérfanita me sentía. También fui mi madre, al llegar a ese punto entendí, que nada, nada llenaría el vacío, mi mal no tenía remedio, pero también vi todos sus beneficios. Nada tiene sentido, nosotros somos quienes se lo endilgamos, y eso fue lo que hice con mi madre, le di sentido a su muerte, me dije que no sería esta que soy, de la que tan orgullosa me siento, (de no haberme faltado madre), y el quiza hubiese sido una mejor persona con mejores momentos, (sobre todo, eso, buenos momentos y menos malos ratos), me la brinqué, para tomar la prótesis y empezar a vivir asumiendo mi herida, esta que ves, que me atreaviesa de palmo a palmo, que me marcó para siempre y que me dejó desmembrada, y a caminar.
He caminado, tanto, tanto, que ahora soy más vieja que mi madre, y no estaba preparada para ello, como para casi nada, paso de los cuarenta y no sé porqué carambas, no puedo arreglar una agenda vivencial que me permita prever ciertos asuntos, no, como una criatura, me sigo sorprendiendo hasta del hecho de quedarme sin dientes luego de no ir al dentista por más de una década. Vivo con las huellas, las secuelas y todas las características de mi enfermedad, entre otras, porque no hay cura, y porque no hay de otra. No me lamento, pero como dije al principio, no dejo de descubir a cada paso, una marquita más, la de este año, la hora de la meme. Sí, luego de tener tantos hijos, caigo en cuenta que hay una hora en la que hay que mandarlos a la cama y punto, se ponen como borrachos majaderos, quieren manejar, no se quieren ir de la fiesta pero están imprudentes y necios, en ese instante, la madre aparece, y los manda a la cama. Definitivo, yo no tuve madre, pero de un tiempo a la fecha, intento ser la mía propia y aprender el proceso ese de aunque no te sientas ni cansada ni con sueño, estás para ir a la cama, porque resulta que si no me mando a la cama, no duermo, y me vale la jornada del día siguiente, y me vale sentirme extraviada, así es que otra marquita más al tigre o la mujer de las ciento un mil puñaladitas.
Los que si tienen madre, también suelen tener poca abuela, gustan de enterrar a su amdres, ignorarlas, y echarles la culpa de todo cuanto les pasa, si supieran lo que es vivir un día sin madre, creo que otro sería el cuento materno.
Este 23 de octubre mi Teté cumplió 40 años de muerta, a mí me operaron el día 21, no les quiero ni decir lo que pensé que me pasaría, es como si cada instante desde que tengo 38 años (los que tenía Teté al morir), estuviera yo pagando horas extras, las agradezco día con día, y este mes en el que ya huele a zempasuchitl, la sentí de cerca, pero no me aferro ni a la una ni a la otra, solo espero que mi vida y mi muerte, tengan un sentido si no para el mundo, para mis hijos, mis hermanos, mis tíos, y mis amigos más queridos.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Momentos

No sabemos hasta cuándo estaremos gozando de aquello que tenemos, el gusto por la comida, la bebida y el cigarro, en un tris se convierten si no en vicio y suplicio, en colesterol, cáncer y otras peores. Las relaciones también tienen su eso para gozar y su otro para soslayar. Lo que más aprecio en una personas es, hasta hoy y sin cambios, el sentido del humor. Esto me ha llevado a llevarme con gente muy diversa e incluso con malas personas. Si yo colocara en mi lista de prioridades, 'ser buena gente', otra sería mi historia, pero no, coloqué, por razones inextricables y aquí trataré de encontrar porqué, en primer lugar, la cualidad del humor. Aquí hay varias sospechas conmigo, la primera es mi ex, éste tenía de todo, cualidades de buena y mala persona, ¿pero sentido del humor?, para nada. Creo que más bien, yo lo hacía reír mucho, pero no vi a tiempo que no por cualidades propias de él, si no por características mías, lo cual desapareció el hechizo más pronto de lo esperado, y además, cuando los medios no son propios, no hay modo de apelar a una nueva producción, no hay materia prima. Lo anterior me explica el porqué necesito tanto que mi gente tenga sentido del humor a pesar de traer yo lo mío puesto. Lo que sí sé de cierto, es que compartir un momento como único con otro que tenga sentido del humor, saca de uno mismo no nomás lo mejor si no que al terminar el instante ese, uno se siente como si le hubiesen sacado al chamuco. Con el diablo en el cuerpo, con la sonrisa en la puerta voy por mis momentos, que últimamente, no han sido de lo mejor.

lunes, 5 de octubre de 2009

para todos los que sufran de estreñimiento...


¿Sacar lo que llevo dentro?... ( privilegio que envidio de los poetas)
de tanto guardar, de tanto contenerme: la incertidumbre constriñe la expresión,
y zumban los oídos. ¡Bien aventurados los que asisten a terapias de grupo!
A sacar y sacar, tanta inmundicia…
¡Qué curioso!, el éxito en el estreñimiento, se espera sentado...
rodeado de cosas que te purgan, leyendo el periódico en el suelo,

o revistas nauseabundas, jugando ajedrez con las losetas del baño,
haciendo origami con el rollo de papel …higiénico.
Más allá de la papaya y de las ciruelas pasas
el estreñimiento, es al cuerpo, como es al alma: severa constipación lagrimal,
obturación de palabras de amor, que nunca dichas se endurecen,
se ennegrecen, se traumatizan, volviéndose amargura...
todo, por temer que lo supieras
por suponer que lo sabías,
por suponer que era obvio,
por suponer que no hacía falta,
por supongamos que no es cierto,
(¡Malditos supositorios!)

Sacar lo que llevo dentro, privilegio que envidio de los poetas.


Fragmento del poema "El estreñimiento", de Mercedes Boullosa. Serie "Remedios Caseros y los males más comunes"

domingo, 4 de octubre de 2009

... si no hallas sombra



Si estás que ni el sol te calienta, si estás que no hallas sombra donde despatarrarte por un rato, para. Cualquier esquina puede tener un resquicio para ti. Si la gorra y la sonrisa no son suficientes, entonces sí, estamos en problemas, o en verano, o en invierno. Es bueno, antes de dictaminar el ánimo, revisar bien las maletas, a ratos la carga es insostenible; mirar por la ventana y corroborar que los buenos días del vecino, tengan sentido de ser; ojear la cartera, la pobreza extrema no da para el helado del parque; analizar la lectura del buró, a veces los lectores apasionados solemos inmiscuirnos es ese universo del libro que no es el que nos toca; salir de paseo y dejar que la sombra se apersone por voluntad propia, o que el sol nos caliente caminando por donde hay más luz, según sea el caso y la necesidad. Al cabo de los días, uno conjetura las perspectivas desde otros ángulos, la luna llena mengua, el luto se hace simplemente gris, la sonrisa de algún niño nos asalta en cualquier esquina, y caemos en cuenta, que ya, que si no todo, algo ha pasado, y algo más ha llegado. Nada es permanente, ni el dolor, ni la alegría. Y sin embargo, a cada cual, algo nos prevalece a pesar de todo. A algunos nos da por reír y soñar, a otros les da por llorar y beber, a pocos, les da por arremeter contra el momento, a esos, les escribo yo: todo pasa, aguanta, aguanta, si no es tu regla ni la luna, es la mala compañía, o la mala comida, pero todo pasa, aguanta.

Los que se quedan que no se vayan

Este año ha sido de velorios lejanos, se nos han ido varios que conforman parte de nuestra vida, sin siquiera haberles estrechado de perdido la mano, pero ¿quién no se ha encomendado a un no te salves de Benedetti, o quién no ha cantado a raja tabla el yo vengo a ofrecer mi corazón, no tanto con su autor si no con la cantante que le dio ese color a esa rola, Mercedes Sosa? Todos. Sin embargo, cabe mencionar que los que se van, han sembrado de tal forma, que seguro habrá cosecha, pero es complicado ir detrás del maizal consabido y extenuado, o dejar de mirar la presa seca para ir en busca de las otras represas, repletas de agua fresca, o del maizal de enfrente para corroborar que siempre habrá quien nos sacie el hambre y la sed. El dolor que da despedir a los que sentimos nuestros, es válido, lo que no se vale es dejar de mirar lo que tenemos frente a nosotros. Mi amiga Messe dijo perfecto, 'hay gente maravillosa que no ha salido jamás en la tele, y es maravillosa, sólo es cuestión de darse cuenta'; su boca, llena de razón. Pienso en doña Elodia, una mujer que tiene más años de los que puede sumar, por ello alega desde hace más de diez, que tiene ochenta y ocho, pero sin importar su longevidad, la mujer, sale cada mañana más temprano que cualquiera y paso a pasito, recoge latas del suelo, botellas, cartón, hojitas, palitos, antes de llegar al contenedor de basura y mirar lo que la noche le dejó de regalo, luego baja al río, y trae leña, así la ve uno, todo el día en el trajín, para arriba y para abajo siempre de buen humor y con un millar de anécdotas, porque la mujer no lee los diarios simplemente, porque ella es un periódico ambulante, sabe muchas cosas del pueblo, de la colonia, de la vida, de las familias y de la naturaleza. Doña Elodia podría tener un programa de televisión y contar miles de historias y mostrarnos los rincones que nuestro entorno tiene y que solemos pasar sin mirar mirando. Y no es que no me gustaría leer lo que Sor Juana pudiera escribir sobre nuestra época, hay mentes que serán una pérdida irreparable, pero ella se fue, y llegaron Rosario Castellanos, Elena Garro, y muchas otras, no hay que aferrarse al pasado porque eso es de cierta manera, envejecer sin sentido. Si vamos a ponernos viejos, que sea con años, canas, y arrugas, no con el ánimo, ese puede mantenerse siempre joven, ¿por qué no?
Adiós Merceditas, aquí te recordaremos con el mismo cariño con el que nos deleitaste, trataremos de no olvidar lo que tu canto entonaba, un algo entre la belleza y la lucha constante. Arriba los Sonex, los Aguas Aguas, los Jugosos Dividendos, la Messe, Rafa Campos, Miguel Flores, y los que sin salir en los medios ni ser parte de esto, conforman la música nuestra y la lucha de un mejor mundo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Carlos Díaz Caíto...

Mujer Adentro hoy, está de luto porque noviembre, el frío, y esta vida maraca nos tenía que arrancar una rama de nuestro zarzal… y la mañana sigue con sus expectativas de sol con aire helado; en el tráfico, la gente camina como ayer, y los niños ríen en el jardín ajenos de lo que uno piense o deje de pensar, lejanos y ausentes de la tristeza que se mina por las enaguas, mis piernas tiemblan en la franca verdad del hoy, y en las trémulas bases de mi mañana. La muerte vive allá afuera, se pasea de noche eligiendo a su siguiente víctima, y uno calienta los tamales y hace chocolate con molinillo mientras por nuestra mente lo único que se atraviesa es la fortuna de nuestra casa tan resguardada del inclemente clima, rodeados de nuestros hijos; mientras nosotros, tibios en los brazos de la pareja, a sonrisas cenamos con el olor del cempasúchil y la veladora encendida…“hay que recordar a nuestros muertos” nos decimos, y comienza la alegoría del árbol genealógico donde transcurren discursos diversos de anécdotas relajadas, didácticas y terminamos con las trágicas… ya para el postre de tamal de dulce y galleta de canela con azúcar, nos vamos a dormir y seguimos con nuestras sábanas en la delicia de la compañía y hasta ahí nos da la empatía, y pensamos en los que hoy se han de comenzar a dormir solos, sin brazos, sin transpiración, sin respiraciones y ronquidos, sin solaz para las pesadillas, sin masajes para los calambres, pero hoy, el luto me asusta, la parca eligió de cerca y en coincidencia, se llevó al buen amigo Carlos Díaz “Caíto”, hombre admirable, buen cantante, amante de su mujer y de su familia, un hombre joven a mi parecer, (de mediana edad para el resto del mundo) de un cáncer fuera de mi entendimiento, ¿con qué permiso al cuerpo que se ríe y canta le da una enfermedad así? Algunas veces me tocó estar de cerca con él y su mujer Jackeline arreglando los menesteres para su concierto, y no puedo sacarme del corazón esa sonrisa y el humor con que todo lo que estaba mal se solucionaba, su sincero agradecimiento por lo que se lograba lindo y sus ganas de cantar, su sentimiento. Mujer Adentro, siempre pensando en ella misma, deduce, y coincide, con que su pareja es, cantautor, de edad muy aproximada al de nuestro desaparecido Caíto, masajista inigualable, compañero térmico (cálido en el frío y despatarrado en época de calor), brazos tan largos como sus noches, y entonces, me incendia el miedo, ¡tanto trabajo para encontrarlo!, ¿todo para que se vaya con la calaca?, le ruego al cielo que no le gusten las flacas, y me bebo su sangre y su risa a cada instante, con mayor ferocidad que ayer, y me niego a perdonar la décima del segundo que no se viva con toda la boca que se tiene para hablar, con todo el cuerpo que se tenga para dar, con todo el amor que se sienta y se revienta… y pué que me vaya la vida en ello, o canse a mi pareja antes de que se muera, pero me es inevitable. Adiós Caíto, allá nos vemos, mi Miguel te dedicó una canción, tu amigo Juan, un montón de lágrimas, la Rocío, ya te contaré (porque sólo nosotros lo entendemos), tus amigos te harán festivales y Dehesa sacó muchas notas, todas dedicadas a tu persona, y menos cursis que ésta, luego te cuento la de cosas elogiadoras que se dicen de ti. Yo, en mujer adentro te hago un homenaje mientras te agradezco el trágico recordatorio, esto, de estar tan vivos, que mañana mismo bien podríamos no estarlo más.

martes, 1 de septiembre de 2009

El machín en ciernes.

Qué difícil la tenemos las mujeres en esta época de equidad, igualdad y demás argucias políticas que llevan a la necesidad imperante de hacer un cambio en esta sociedad para tener, por lo menos, hombres liberados. Las feministas han hecho de las suyas, y cuando uno escucha los horrores que la prensa difunde a diestra y siniestra, uno les agradece, pero en el fondo, siendo mujer, nos cuestionamos ¿cómo le hago?, ¿hasta dónde le entro, y en dónde me bajo del tren? Criar a un varón, nunca ha sido tarea fácil, hacer que un endeble muchacho, sensible, miedoso, y chillón se nos haga un hombre de bien, es ocupación para titanes, se la pasa uno viendo cómo hacerle para que no se nos pase la cucharada pero que no falte medicina. Y ya no es tanto, ahora llorar, en teoría por lo menos, ya no es menester sólo de mujeres, y hoy día, los hombres sensibles tienen cabida en más de un ámbito, ya no es de maricones aquello de ser filósofo o bailarín, y aún el hombre que no gusta de las mujeres tiene esperanza de no perder familia y prestigio, la apertura ha permitido mayores horizontes. Aquello en su parte positiva, pero el otro polo de esta pila de equidad, ha dejado a los varones sin un lugar claro en la sociedad. Se nos impone, gracias a los estereotipos y la lucha de derechos, una serie de características, con las que a veces no podemos. ¿Ahora quien es el ponedor?, ¿quién lava trastes?, ¿quién cuida de los niños?, la respuesta sencilla sería, hacer una equilibrada repartición de tareas y sacar juntos el burro de la barranca, el detalle está en que para llegar a eso, habría que educar a niños y niñas, de manera muy distinta, y ni cómo cambiar y desanquilosar la forma en la que fuimos educados. Hay quien hace su lista de 'esto no', y la cumple a pesar de estarlo haciendo más mal que como le educaron, pero la gran mayoría tenemos un discurso incongruente con nuestras acciones. Por más que queramos educar parejo a hijos e hijas, nos damos cuenta, que son tan distintos, que sus necesidades, riesgos, y jalones de oreja, deben estar fundamentados en diferencias. Luchar por derechos desemejantes entre hombres y mujeres, tal vez partir de la contundencia de la diferencia de género podría acaso darnos mejores resultados. Ahí están las madres modernas, criando un montón de machines en ciernes, listos para salir y enfrentarse con chicas que no están dispuestas a soportar, ni un rasguño sentimental, ¿a dónde vamos a llegar? opino esta vez, que más vale recuperar lo perdido, el hombre cabal, y la mujer sensata que acabar con más niños en la calles desolados y sin quien se haga cargo de ellos. Cambio y fuera.

jueves, 27 de agosto de 2009

T ES T CELOSO

Para saber si eres o no celoso y a qué grado, contesta este sencillo cuestionario, una vez que termines, puedes ver las respuestas hasta abajo para descubrir de una vez por todas, qué tan celoso eres.

a) Tu pareja tiene amigos de ambos sexos

1.- Sí

2.- Pocos

3.- Sólo amigos de su mismo sexo.

b) Tu pareja tiene vida social sin ti

1.- Sí

2.- Poca

3.- Para nada, todo lo hace conmigo

c) Sabes cuál de los personajes públicos le fascina a tu pareja y suelen no perderse un estreno de película o espectáculo de éste.

1.- Sí

2.- Ni idea

3.- No tiene.

d) Tu pareja tiene un hobby, mismo que alimenta con regularidad (ping pong, billar, fut, tenis, natación, días de campo, baraja, dominó, etc.), le acompañes o no.

1.- Sí

2.- Sólo va conmigo

3.- No

e) Revisas el celular, correo electrónico, agenda, kilometraje del auto de tu pareja en turno. Aplican uno de los rubros o todos juntos.

1.- Nunca

2.- De vez en cuando

3.- Con regularidad


f) Cuando tu pareja te cuenta que conoció a una persona del sexo opuesto al de ella, te sientes

1.- Tranquila

2.- Inquieta

3.- Te urge conocer a la tal persona porque estás que te da roña

g) Cuando caminas con tu pareja tienes la sensación de que alguien lo mira o de que ésta mira a otros con lascivia

1.- No

2.- Sólo en ciertos lugares

3.- Siempre

h) tu pareja llega tarde, y tú:

1.- No le dices nada

2.- Tomas medidas pertinentes al caso, indagas hasta debajo de la pelusa de sus calcetines, revisas celular y haces algunas llamadas pero todo, sin decirle absolutamente nada.

3.- Se la haces de pedo en forma, lo corres y diez minutos más tarde pides perdón, con tal de que regrese y no pase la noche fuera.

i) No hay un mucho sexo en tu relación.

1.- Está bien por ti, a veces te sucede igual y te lo tomas como un brake de lo más natural.

2.- Lloras por los rincones, te pones a dieta, sales a la calle a comprobar si algo anda mal contigo, pero no dices esta boca es mía

3.- Se la mega haces de tos, discutes el tema con pelos y señales, le insultas, la acusas o de frígida o de impotente según sea el caso y el sexo de la pareja, y luego de todo esto, haces todo para seducirlo como usar ligueros en pleno partido del América contra los Pumas.

j) Tu pareja te pide un espacio, un tiempo o algo semejante para pensarse la relación, hasta puede abogar por crisis personales, te pide pues un tiempo.

No importa que pienses, tu pareja te engaña, no eres celoso, tu pareja es infiel. No importa que hagas, vas a hacer algo equivocado, y muy probablemente nos encontremos en el loquero, en la cantina y con menos suerte, en el CERESO.

RESULTADOS:


Entre 4 y 6 respuestas del 1. Una de dos, o eres una persona increíblemente segura y tu pareja de lo estable que es, ha caído en la aburrición, o bien, estás tan ocupado en tus asuntos que has abandonado a tu pareja en algún lugar de su historia. La tercera opción y menos probable, es que seas cero celoso, y tu vida es tan buena que da envidia, calla, y no se lo cuentes a nadie si no quieres ganarte la animadversión de todos los que sí somos siquiera tantito celosos.

Entre 4 y 6respuestas del 2. Eres celoso, sí, no en grados superlativos, le das algo de espacio a tu pareja para que siga siendo persona y en la misma medida, intentas vivir tranquilo pensando que tu pareja te es fiel, aún confías en ésta, por las razones que sean, o sin causas razonables pero estables. Felicidades, eres una persona dos tres normal, y con suerte, te mantengas en esta línea.

Entre 4 y 6 respuestas del 3. Estás listo para ir al manicomio, eres algo más que celoso, celópata, estás enfermo, pero eso no es razón para alarmarse, la gran mayoría de las personas nos calificamos como peligrosamente celosas, y aún sobrevivimos y nuestra pareja también. Aléjate de cuchillos, sartenes pesadas, y de amistades que no sean partidarias de la monogamia, cuida lo que dices, un celoso debe de mantenerse en bajo perfil.

mamas


Las mamas, son todo un tema, tras nacer, en el instante mismo que aparecen el hambre y la sed nunca antes experimentadas, aflora por primera vez la privación, y enseguida, emerge la teta, ahí comienza nuestro largo caminar entre la alternancia del placer y el displacer. Los pechos, consuelo único e inigualable, el pezón y el seno marcan de por vida al ser que seremos para siempre. Más adelante en nuestra vida adulta, los pechos son una promesa, calman y compensan las dudas, la sed de erotismo, garantizan una fuente inagotable de gozo, aunque paradójicamente, muchos de los senos en la actualidad han dejado la carne atrás y son de silicón, cosa que parece no importarle a la mayoría de los varones, si estos son obra de Dios, o del cirujano, les viene valiendo guango. Reitero: los hombres son la caja negra del avión. Por otro lado, las mujeres entran al juego, saben que sus pechos son como una moneda de cambio, un aparador donde depositar sus esperanzas, por ello, los maquillan, los levantan, los operan, con esto convencen al varón de ser portadoras de placer.





También está, más allá de su significado, la adicción a las tetas, mejor llamada como mastolagnia (de mastos, mama, y lagneía, lujuria), adicción considerada una perversión ya que se refiere a aquél que consigue el orgasmo con tan solo ver o tentar los senos sin importar de quién sean éstos. Yo no juzgo a nadie, cada quien con sus perversiones pero el problema de estas adicciones no está en su fijación obsesiva si no por la parcialidad de ésta. Todas las clases de fetichismo extravían en el juego erótico al portador del objeto del deseo, una pérdida según yo. Amar a unos pechos sin piensos, sin sentir, es como un pan sin sal.





Pero las mamas además de ser una delicia en persona, son la cuna de todo un lenguaje paralelo, plagado de metáforas de entendimiento popular en México, "ya mamaste", se refiere a que alguien ya logro algo, de perdido una buena comida sacó y algo de su hambre, en cuanto al tema en cuestión, sació. Y "no mames", en cambio, es un quítate de estarme jalando las tetas, la cartera, la paciencia, o bien se le dice así a una persona que ha dicho o hecho algo fuera de un cuadrante razonable. Hay quien utiliza incorrectamente un diminutivo de "no mames", intercambiándolo por 'no manches', frase que nace en el mundo del albañil, cuando al ver pasar a una chica en falda corta, generalmente estudiantes, aprovechaban para masturbarse y adjudicarse una eyaculación veloz en medio de la calle, su compañero de a lado, le gritaba, 'no manches', misma frase que algunos utilizan como 'no mames', siendo que tienen significados distintos. Hasta para la grosería hay que saber lo que es correcto decir en cada ocasión.





El orígen de los gustos, sean colectivos o personales, el orígen de los pensamientos y de las palabras con las que los expresamos son siempre materia de análisis. Cambio y fuera, me voy con todo y tetas... tengo mis senos tan cercanos, soy el trébol de tu suerte, y peor, estoy casada conmigo y me tendré hasta la muerte. ("Qué vas a saber tú".Letra y música de Rafa Campos y Miguel Flores)

fetiche, carta sin derecho de réplica a Segismundo Freud


Ay Segismundo, con cuánto ruido nos has atizado, lo que cada vez me explico menos es cómo es que te han hecho tanto caso; cada que abro una de tus páginas, cualquiera que ésta sea, me matas de risa, si no de horror. Segismundo, el inconsciente es tu gran éxito. Y no diré como dicen otras de ti, que eras misógino, no, eso sería restarle valor a tus observaciones; yo más bien diré que eras inocente. En cuanto al fetichismo, por ejemplo, la 'falta' del otro. El uno, el hombre, mira a la mujer desnuda, y simplemente no puede, no resiste la falta del otro, nuestra gran falta: no tener pene. Todos los hombres, menos tú y los que no gustan de las mujeres por la misma razón (la falta de), todos, lo que sienten cuando nos ven tan desproveídas, es unas ganas enormes de proporcionarnos uno, el suyo, el que ellos traen puesto. Pero tú Segismundo, fantaseaste, y te propinaste una paliza intelectual, aseguras que quien se apea del fetiche, lo hace en nombre de la ausencia, aseguras que el ofendido por la falta, el asustado por la carencia, prefiere poner sus ojos en los zapatos, en las tetas, en el ojo o en el sostén para poder mantenerse erguido ante un ser carente de pene para la batalla amorosa. Bueno. Te quiero Segismundo, no sabes cuánto te quiero, te tengo en mi lista de escritores predilectos, internarme en tus piensos es tan divertido como leer a Ibargûengoitia, a Sharpe o a Fante, gracias.

jueves, 13 de agosto de 2009

la seducción de las palabras...

Cuántas palabras hay para seducirnos, para inducirnos, para convencernos, para prometernos, para embaucarnos, para hallarnos el lado flaco, cuántas palabras para invocar el bien o el mal, para atraer a los buenos espíritus, o para alejar a los malos aires. El detalle, diría nuestro amigo Cantinflas, el detalle está en que también por aquello de las intenciones, esta seducción se ha llevado a los límites de la decencia. Un hombre enamorado exhalará las palabras más cursis de su vida, ‘piel perfume de alhelí’, e incluso el tal hombre pueda hasta ignorar qué demonios es el alhelí, pero ese mismo caballero, desesperado por la falta de resultados o de atención de su amada, pueda a su vez expeler las palabras más atroces y soeces que se le hayan ocurrido. Así pues, en esta búsqueda de que las palabras nos sirvan para algo además de decirnos el mundo, en esta intención de que las palabras nos den resultados, los hombres hemos caído en un vado, hondo y sin salida, hemos abusado de las palabras. No sólo lo digo por todo el rojo que nos han robado con un latido con fuerza si no también por todas las promesas incumplidas, por los dobles discursos que nos acechan en los medios, confundiéndonos de tal forma, que nadie cree ya ni siquiera lo que es verdad. Hemos profanado el inmaculado universo de las palabras. Habrá que reinventarnos las maneras de decirnos las cosas, y sería muy bueno que en esa empresa nos aliáramos de nuevo, no nada más al verdadero significado de las palabras, si no al uso de éstas, releer a nuestros poetas y reencontrarnos con la lengua materna en una voz urgente que reclama una verdadera comunicación. Seducirnos con las palabras, no nada más para hacer el amor, o lograr que nos lo hagan, si no para una mejor convivencia entre mexicanos, no permitir que nos metan tanto ruido que nos confunda, tanto guirigay que uno ya no entiende nada, seducir al extranjero más allá de nuestra verde patria, endulzar sus oídos con adjetivos un poco más profundos que ‘maravilloso, excitante, bonito, y placentero’, nuestro México da para más, para mucho más. Basta encender el televisor y hacer un conteo somero de las palabras que los conductores utilizan, es patético. Los comunicólogos se han acartonado, y queriendo dar a la gente algo de sencilla digestión, se han quedado enredados en un mal spaghetti de fonda barata, pudiendo, ¿por qué no?, ofertar platillos exóticos y variados, tenemos todos los ingredientes. Alguien nos inseminó una mala idea, y lo triste no fue la mala idea, si no que ésta, fue la única, y de ella nos apeamos como si no hubiese más mundo para explorar. El idioma, no se hurta, ni se inventa, se hereda, no neguemos el regalo de mamá, utilicémosle para seducir a la belleza que hay en nuestras vidas y para espantar a los malos presagios.

miércoles, 29 de julio de 2009

probabilidades...



una semilla se puede convertir en planta, en flor, en fruto, en aroma, en hierba, en adorno para florero, en basura para composta, en alimento de colibrí; un hoyo puede ser un pozo, un accidente, un bache, un charco, o una alberca; un hombre puede llegar a ser tu peor enemigo, tu mejor amigo, tu amante más apasionado, tu pareja, tu marido, tu carnalito, o tu jefe. Todo puede ser, en todo hay altas probabilidades, o pocas posibilidades, a todo le haces falta tú, con tu voluntad y empeño. Estoy aquí, en una casa horrorosa, con un hoyo en medio, mismo que convertiré en alberca, misma casa que dejaré re linda, por mis ganas, y por mis huevos, que no son muchos, pero con uno al mes tengo para darme a la tarea de hacer de las probabilidades, grandes posibilidades, y sueños cumplidos. Punto y coma, adentro y afuera, cambio y fuera. Mudando a una mejor sonrisa.

jueves, 16 de julio de 2009

cajones... de abajo hacia arriba

Cajones. Uno guarda en cajones las cosas de las que se va haciendo por el paso de la vida. Entre más rico se es, más cajones, más se guarda, menos se ocupa; entre más se camina, más se tiene, y entre menos se ocupa, más cajones para guardar (lo que no está en uso). Los expertos aseguran que todos deberíamos de tener a los sumo, tres cajones y guardar de abajo hacia arriba en orden de menor constancia de uso. Lo mismo sucede con los libros y la literatura. La gente asidua a la lectura se va haciendo de libros, como de cosas, cada vez más libros en el librero, y con suerte, cada vez, más libros leídos, y por tanto, en desuso. Pero una vez que se ha leído una buena cantidad de libros es importante ir separando en la cabeza, los archivos de lectura. Aprender sobre géneros, estilos y corrientes literarias, no es una mala idea, es una herramienta para el gozo más pleno de la lectura. Una vez que uno establece que hay novelas clásicas del realismo, Balzac alcanzará en nuestro libero un panel de continua referencia, así como comprender que Octavio Paz y su ensayo El laberinto de la soledad, son eso, un ensayo, que también pueden ser páginas de constante consulta, sobre todo, si se atreve uno a leer Los de de abajo de Mariano Azuela, o cualquier novela costumbrista. Si uno separa debidamente en los cajones del acervo, las novelas, de los ensayos, los cuentos, de los poemas, los artículos de los libros de autoayuda, se está más preparado para disfrutar la lectura en presente, pasado y futuro. Y aquí llegamos al punto de ‘hay de dos sopas’, o haces biblioteca no rolando ni prestando libros, o haces un bien a la humanidad, y además de que los recomiendas, los rolas sin grandes esperanzas de verles de nuevo pero con la conciencia de que esos libros, no han caído en el desuso del espacio inerte del librero que se desvencija por el peso extremo de libros estancados. Por supuesto, están los imprestables, los tesoros, los que siempre serán referencia para la vida y para lecturas futuras, y claro, los diccionarios, que nunca serán suficientes, a pesar de la coexistencia de ‘Mister Google’. No me atrevo a decirte ‘rola’, cada quien con sus envidias, pero te invito a que no permitas que los libros sean humillados, destinados al olvido o a ejercer funciones que no tengan que ver con la apertura de sus páginas, como quien les utiliza de adorno o de sostén o de pisa papeles. Me atrevo a proponerte que estas vacaciones, las goces con la lectura de los libros que se han quedado en espera sobre tu buró.

lunes, 6 de julio de 2009

dinamita

Lo único que se ocupa para dar una conferencia, es haber vivido un rato, haber leído más de un ciento de libros, y tener a la mano, por lo menos, una docena de reflexiones cual ramillete de rosas.
Lo único que se necesita para regarla, es ser un poco agua, otro poco llanto, y estar frente a un desértico panorama.
Lo más importante para implementar una curación es ser un ente de confianza, tener presente y de frente una buena energía (si andas de cabeza, desiste por un rato), y hablar con toda honestidad, aunque en este punto nos remitan al punto número dos de este estúpido manual.
Lo mejor que puedes hacer para no estallar, es asumirte como mezcla explosiva en un ambiente propicio para ello, y flamable; luego de esto, puedes tirar el manual, crear el tuyo propio, o moverte por completo sin manual, sonreír y dilapidar tu miedo a ser agua, a ser fuego, a ser un ente inadecuado para la tarea a realizar.
Si siempre has sido una especie de funámbulo orquestando posibilidades versus contraindicaciones, por favor, donde quiera que te encuentres, a donde quiera que vayas, cual fuere lo que haces y dejas de hacer, no ceses, no te rindas, yo te acompaño.
Cabalgo sobre un caballo desconocido y veloz, con desbocada voluntad de llegar a no me queda claro a dónde, y no me canso, a pesar de que la riego, la lloro, la padezco, la gozo, la aprendo, la niego, la disgusto, la taño, y la canto, cada mañana, ahí estoy, en un lugar al que siento, no pertenezco, y sin embargo, piso, cada mañana, con absoluta certeza de que algo, algo puedo hacer por responsabilizarme de un foro amplio y estrecho al mismo tiempo.
Estaré la pendiente por no dejar rastros punzantes de un estallido florido, www.rtv.org.mx de lunes a viernes, de 9:30 a 11:00 de la mañana, hora del centro de México, Mujeres hechas en casa, un programa de revista, bien hecho, bien planeado, bien bonito, de no ser por mí, dinamita en adjetivos del verbo sustantivizado, la incompatible.
... hasta que nos dure el gusto o se extermine la paciencia de mi productora.

jueves, 2 de julio de 2009

universidades


... y todo es así, cualquier evento puede ser una oportunidad para aprender. Hay quien pretende aprender acudiendo a la escuela, sin ir realmente, además de estar en clase de cuerpo presente, se requiere hacer algo más para asimilar lo asimilable y evadir lo que la pena no vale. Se alega que una escuela es mejor que otra, pero dificilmente se levanta un discurso sobre lo buen alumno que se puede ser, incluso sin acudir a escuela alguna. El entendimiento, la asimilación de conocimientos, la absorción de técnicas, no son vía ósmosis, no señor, hay que chingarle. Ahí está todo, la mesa puesta con los libreros llenitos de libros, en casa, en casa ajena, en las bibliotecas, y por doquier, las universidades gratuitas, las becas, los maestros, las actividades, los diplomados, y los desesperados por brindar una luz al extraviado, que nomás se niega a tomar un fruto de tan bella puesta en escena. Aprender es un gozo, y a veces es una joda, pero aprender es siempre es un acto voluntario.

miércoles, 1 de julio de 2009

Mujer adentro en el desperdicio.

¿Qué es un desperdicio?, ¿acaso sólo es aquello, que sobra?, ¿o lo que no usamos, y abandonamos en un rincón u olvidamos, también lo es? Pon la basura en su lugar dice el lema popular aclamando al sentido común. El cartón al rincón, con todo el papeleo, el vidrio a una caja hecho añicos, ¿y los desperdicios?, el tallo del brócoli, la lechuga herida, las sobras de los platos, el tiempo perdido, los besos que no nos dimos, los abrazos inconclusos, la de veces que hemos dicho no a una caminata, o a un paseo por pura pereza, la de horas regaladas a las televisoras, viendo cuánta estupidez y pornografía nos proponen, ¿dónde?, ¿dónde acomodamos todas las experiencias ‘que no’, las horas ‘que no’, los besos ‘que no’, todo a lo que hemos dicho ‘que no’? Los años pasan, nos vamos poniendo viejos, y entre más anquilosados, más viejos, permitimos en pos de esos años vividos, que las cosas dejen de transformarse, que los cajones se nos llenen de recuerdos, de deudas, de recibos pagados y sin pagar, de olvidos y de basura. En nombre sea de la experiencia, nos evitamos los caminos largos, y nos vamos por el camino corto de la Caperucita Roja, porque al fin entendimos, que la abuelita nuestra, tenía su boca, infestada de razones, razones para no ensuciarse, razones para no arriesgarse, razones para no desacatar a las reglas de la buena conducta. Dos tres buenos porrazos, y lo entendimos, y en nombre de estos golpes, de estos sablazos, de nuestro propio quebranto, nos autocensuramos, nos decimos que no, a muchas cosas, le sacamos la vuelta al camino largo, y dejamos de ver, que en cualquier camino largo, también hay experiencias que nos faltan, hay más árboles para mirar, más flores para oler, más pájaros para admirar, y que el lobo, el lobo feroz, ya no es tan feroz, simplemente porque sabe, que sabemos, y nosotros sabemos, que él sabe. Los años pasan, y se nos olvida, en la inercia del tengo, compro, satisfago mis deseos de ser alguien, se nos olvida, lo juro, qué es la vida, qué esperamos de ella, y sobretodo, fuera de toda razón, se nos olvida, disfrutarla, arriesgarnos, y vivirla, nos inventamos una segura receta, que nos aparte de los riesgos que conlleva traer el corazón en la mano, el espíritu en el encanto, las piernas en los caminos, las manos en el quehacer, la mente en la disposición de aprender y entender, los ojos en el miramiento, ingredientes indispensables, para vivir a toda costa, a todo galope y con todo sentido. mujeradentro@yahoo.com.mx , desanquilosando el sarro de la permanencia, como todo un faquir, arriesgándose a perder lo que tanto le acomodaba, por vivir lo que le falta, por vivir, y no morir en vida, hoy, cambio, y mujer adentro, adiós, cambio y fuera.

aceptando maridos de segunda...



“Eres una basura”, es una frase que nunca había tenido tanto sentido para mí, para nosotros, para todos los que habitamos este planeta. Ahora sabemos que la metáfora designa no sólo al hecho de ser un desecho, hediondo, descompuesto e inútil sino que al ser “basura”, también te conviertes en algo ineludible, y si bien nadie quiere verte, ni saber qué es de ti, todos te huelen, te sienten, se topan contigo en calles, alamedas, en casas ajenas, peor, en la propia. Todos conocemos a un señor que deja a su vieja, después de veinte, treinta años de casados, y la canjea por una nueva, de veinte o treinta años (menos), pero habrá quien pueda contestar que el supuesto señor tiene derecho a la “felicidad”…(a costillas de la vida de alguien más, por cierto), sin contar con las repercusiones sociales, morales y emocionales de los hijos, parentela y amigos cercanos, pero bueno, el señor va a estar muy contento…(por un ratito), todos sabemos como terminan estas historias, tan comunes y ordinarias, y francamente no pretendo ninguna lección de moralina con mi reflexión, a lo que voy, es a la basura. ¿Todo lo que cambias o tiras es verdaderamente basura? ¿Quién o qué, es basura? ¿La señora con todos sus años, o el señor (también con un montón de años) que estrena mujer? Con esta observación quiero decir no que conserves cosas que no ocupas, pero tal vez… tal vez, todo lo que desechas no es propiamente basura, y en ello puedan haber cosas útiles para alguien. La alusión anterior no tiene nada que ver con la señora que abandonan, (no imagino a los señores ofreciendo en ventas de cochera a sus señoras), pero sí con la detención de la inercia: tira-compra, usa-tira, cambia-tira, molesta-desaparece, envejece-abandona, entorpece-estorba. Hay un camino muy limpio, pero duro de recorrer, a ratos doloroso, en él casi todo sirve, y lo que no, se logra componer, modificar, rehacer. Con antorchas hechas con frascos de vidrio, con plantas acuáticas que se ven hermosas en lo que fueron botellas de vino, los cartones de huevo son excelentes separadores de tornillos y clavos, la cáscara de la sandía abona la tierra, los muebles de la abuela, se lijan, se barnizan (y son chic), el perro cojo es nuestro mejor cuidador (por lo menos avisa cuando alguien extraño se aproxima a nuestra casa, que es para lo que sirven los pobres perros), la cama vieja del niño, la tapizamos con una cobija de lana y la convertimos en un nuevo sillón comodísimo para leer… en este camino donde vamos despacio, entramos mi pareja y yo, que como nos han roto, estamos remendados, recién pegados, así nos clasificamos: un par de reciclados; sí, eso somos , una pareja…digamos… de “segunda mano”, y seguimos en la carrera continua del reciclaje… duele, se caen los dientes, se forman las arrugas, abundan las canas, (que dicen que salen de ganas)… y sí ha de ser, pues sólo tenemos deseos de continuar, aunque a ratos la cosa se ponga pantanosa, densa, incómoda, difícil, y hasta fea. Un abrazo (de esos que curan todo), una goma (a modo de voto conyugal), para borrar las metidas de patas, y sin tirar la hoja: borrón y cuenta nueva, una noche de luna, una mirada honesta a todo lo que es útil, camina, genera y sirve… desechar, finalmente (y lo más ordenadamente posible), lo que no debemos ni podemos conservar, los malos sentimientos… la verdadera basura, que puede llegar a inundar no sólo los corazones enamorados, sino ciudades enteras.

miércoles, 24 de junio de 2009

Ésta todavía menos pensó en el qué dirán...


!y qué lástima!, entrar al Coatepec Mágico y toparse en el alto del tope con este par de tetas que te ofertan con la entrada al auto-hotel, francamente no es el tipo de magia que me atrae. ¿Será que soy vieja?, eso diría mi querido editor Toño, pero mano, discúlpame, no es por mojigata, no es por esteticista, es por pura lógica, hay imagenes que invaden, y ésta es una de ellas. ¿Dónde quedó el sueño de las casitas de teja, los árboles y los cafetos, ¿se los llevó la pasión de una hora? Ahora rentan cuartos y camas de motel por horas, carajo, ya ni el sueño de dormir con olor a tierra mojada y entrepiernado nos ha dejado esta prisa, esta locura, ahora para entrar en calentura, también se ocupa carro... quiero un beso de banqueta, de poste, de escondidas sin que la tía nos cache. Que se jodan los moteles, habría que hacernos el amor más despacio, llevarnos rato antes de vernos los paños menores, y antes de llegar a mayores, siquiera sabernos los pormenores.

Definitivamente, no está pensando en el qué dirán


... si no en el qué diré. Marla es mi nueva compañera radial, en el Triángulo de las no mudas, (Jahaciel a todo dar sigue de Máscara y hasta que me soporte) y estoy feliz de recrear un rebote inteligente en cabina, a uno, le debieran siempre de permitir elegir su compañero de escena. Finalmente, el escenario suele tratar asuntos tan delicados como los que se tratan en las cortes superiores y en los catres más arrabaleros. Salir a foco, es un acto íntimo. Se la pasa uno rozándose, y a veces rosándose. No haré más comentarios, no sea que digan que ya dije lo que estoy pensando que no dije, porque dije de lo que no dije, y me pidan cuentas de lo que hasta hoy quiero contar, y no sé cuándo me van a dejar hablar.

con el qué dirán, vamos todos...

Lunáticos extravían el qué dirán. Hay que ser algo distraído, muy creativo y estar muy ocupado, para poder vivir alejado del qué dirán. Los peores clientes del qué dirán son por ello precisamente, los lunáticos, los que deambulan por cráteres lunares ajenos a comunes y vulgares baches. El qué dirán en su debida medida, es una herramienta que la sociedad nos brinda para estar alerta de posibles puñaladas traperas, cesantías laborales, abandonos, desamor en puerta, enojos y otros asuntos de delicada procedencia. Albricias, si el río suena, agua trae. El qué dirán llevado a la exacerbación de la paranoia personal puede dejar huellas indelebles en nuestra personalidad y arrinconarnos a los más obscuros rincones de la estupidez. Hasta lo más negro del panorama está el que vive de tan sujeto al qué dirán, que no duerme tranquilo, y del lado más blanco, el filósofo pacheco al que le importa tan poco el qué dirán que habita un mundo ajeno, original y muy personal, pero un tanto desencajado al resto del mundo. Pero en medio de este blanco y de este negro, no está el equilibrio ni los matices del gris que suele haber entre el blanco y el negro, en este en medio, habitan los cínicos, los que se aprovechan de las estadísticas y se apropian de los medios para utilizarlos con fines, non santos. La medida justa, la cucharada médica y prescrita con toda responsabilidad, es la que dicta una conciencia, no adolescente, algo experimentada que no ha caído a los confines obscuros de la depravación de la paranoia y la desolación. La medida injusta de quienes usan el qué dirán para su propio beneficio está basada en la desfachatez. La medida para juzgar a los demás, no creo que pueda ser la misma que quiero para mí, mentira eso de ‘ponte en sus zapatos’, usa tu cabeza y no te dejes convencer de barbaridades, aunque aparezcan en todos los medios, a todas horas, atente a tu propio juicio, sin dejar de estar pendiente de lo que se dice. La energía que decidas dejar de emplear en la nefanda preocupación de lo que se dice o no se dice de tu persona, ocúpala en darte mantenimiento, y no me refiero a aquél empleado en cortarse uñas y rasurarse, si no a aquél que alimenta nuestro intelecto y espíritu, meditar está bien, leer es aún mejor. De casquivanas está lleno el paraíso, me atrevo a asegurar, en cambio, no lo digo yo, lo dice uno de tantos dichos populares, dichos basados en la neta del planeta, el infierno está plagado de bien intencionados. Deja ya de andarte preocupando por lo que dicen de ti, y cuida que tu boca no se ande regodeando de adjetivos hacia los demás. En el chicle, punto y coma, sin creer todo lo que se dice, la Pior.

jueves, 18 de junio de 2009

aroma Jardines de California

Ayer hablaba de la desilusión y vino a mi mente este poema de mi serie suicidio a punta de Galletas Marías... interesados en lavarse el puñal o recaudar lavazas de la curación... comunicarse conmigo para adquirir la serie completa, este libro, no se vende en librerías.

Llegas, tarde que temprano, llegas
Aroma
Jardines de California
Qué congoja estar con ese nuevo tú
Y tus besos de misericordia...

martes, 16 de junio de 2009

exterminio...


Quedan las brasas y de ellas me doy calor,
pero sé que este fuego
Se exterminó,
aunque vayas, con tu dolor, rehaciendo el juego
Cada que te acercas, o te agitas, es claro,
sale fuego de mis brasas
Pero muy pronto, no habrá más leños que quemar,
todo cenizas
En la oscuridad y el frío de la chimenea apagada,
tendré que salir
El calor lo traes tú por dentro,
¿no te das cuenta que me voy a morir?
Quedan las brasas de nuestro amor,
hubo fuego, demasiado juego
Perdimos de vista que tanta leña, a palo seco,
acabaría por acabarnos
Vivir era el lema, sentir, la vocación,
resultado: exterminarnos
Ahora, en la penumbra te reconozco,
y me desconozco, me ahogo
En la retorcida física del amor abrasivo,
apenas una flamita incendió,
A pesar de mi poquedad,
sigo en la búsqueda de la otredad
El frío del acabose me acecha,
con este cuerpo conyugal
De pies fríos, manos heladas,
corazón ardiente, chimenea perenne
Se me han terminado los leños,
no hay otro mueble que quemar
Podría jugar el juego que nos falta,
el de la falsedad
El silencio, el eco de la chimenea vacía,
una mirada frugal
Ojos fríos, manos quietas, corazón
¿podrás aún quererme?
Entenderme sin la razón a cuestas,
sólo encenderme
¿Crear una brasa sin riesgo a mojarse?
¿Con tanta humedad que ocupan los besos?
Ni quedándome sin sesos esto vuelve a encenderse
Quedan las brasas y de ellas me doy calor,
pero sé que este fuego
Se exterminó, aunque vayas, con tu dolor,
rehaciendo el juego
Entiéndelo amor, este amor, ya se acabó,
el fuego se apagó.

domingo, 7 de junio de 2009

el rap de mis hombres...

El primero de mis hombres, me abrazó,
nunca tuve el tiempo de saber cuánto abarcó,
pues se murió;
el segundo de mis hombres, me destrozó,
aquella tarde, nada de rehacerme,
pues me dejó;
alegando que a su padre, mi culo le agradó, y que el hijo que iba a darme,
cara de dos padres habría de llevar, desconfió;
el tercero de mis hombres, arribó con carta de recomendación,
era talentoso y bien parecido, pero claro, tampoco tuve el tiempo de saber cuánto, cuánto, pues también se murió,
una bala perdida en un hospital me lo entregó, a nadie más le he vuelto a rezar tanto,
pues de tanto en tanto, Dios, no me escuchó,
y también se lo llevó.
Seguí mi camino, de hombre en hombre, sin número ni espacio,
pensando, que la tercera había sido la vencida,
y de ahora en adelante todo sería huída,
mejor mía, para no indagar si era yo la viuda negra, o el preludio de la despedida;
hasta que llegó, el digamos, cuarto de mis hombres, con el currículo de añil,
hijo de albañil, contador de profesión,
nalgas sin mención, portafolio de piel, labia de miel, cejas de árabe, humor grave,
ése, me enseñó a cocer a máquina, a planchar sus camisas,
me compró una estufa como quien cocina
para no comer más en las fondas de la esquina,
me presentó a su familia, y desde ahí debí de haber sospechado
el futuro que me deparaba cuando después de dormir en el cuarto de su hermana,
al día siguiente cien mil enchiladas volaron sobre el comal para alimentarnos,
a mí, a él y a tanta gente que no podía, con todo y mi buena memoria, aprender los nombres; entre sueños, dopada o atolondrada a la boda le pusimos fecha, de ahí llegaron los hijos, a la orilla del río Pánuco, tres chiquillos robustos y sanos amamanté, un día cansada de lavar ropa, ir a la universidad, y recibir tratos de segundo plato, le rasgué la camisa, y le dije adiós para siempre, esa noche los amigos llegaron a poner el hombro, ¡y hombre!, que hicimos fiesta, con bombones en la chimenea, y vino tinto para olvidar lo que habría de olvidarse, al poco rato, mis zapatos rotos, me recordaban que mi soledad era total, de vez en vez, en mi cama había visita y fiesta, ya para el quinto año de luto, en un antro de mala muerte, donde era empleada de quinta, llegó un hombre que traía una tristeza de primera, solté mi mejor carta, la de mi sonrisa que la vida me dibujo en este rostro que parece no conocer el desconsuelo, hice trampa desde el principio, lo invité a cenar ravioles al pesto, barnicé todas las fallas, para que esa noche ni las siguientes, cesara el temblor de este mi terreno sinuoso. Se trepó al carro de mi montaña rusa como una invitación a la tierra fantástica, y pronto ya subíamos y bajábamos, a la velocidad del trueno, una vez que paramos en la taquilla, su alma de suicida pidió el aquí y más, y aquí seguimos, cargando el tren del doble o nada, con seis hijos que juntamos entre los suyos, los míos y la nuestra, hagan cuentas, yo doblé la apuesta, pero el triplicó la deuda. A todos los he amado, a todos los sigo amando, unos me abrazaron, otros me engañaron, otros me rompieron, otros desconfiaron, otros, me dieron más de lo que les di, a otros le di todo lo que tenía, pero sólo con uno, me ha pasado todo y el más, sólo con uno gané la apuesta, el abrazo, y la independencia, el engaño, y la cruel verdad, la ruptura y la reconciliación, la soledad y la compañía, el proyecto, y el fracaso, el amor y el más que amor, los hijos, con la alegría y las desgracias. Sólo con uno, el único que se quedó para ver los resultados de la quiniela, el único que no se amedrentó al conocer mi verdadera sonrisa, la de la montaña rusa, la de la mona nada lisa, que sube al Machupichu, y desciende al averno, así, en fracción de segundos; el único que ha soportado la ráfaga de mis mareas mensuales, mis deudas en canales, mi despertares lentos y bruñidos, mis arranques de Tsunami, mis insomnios, y mis mañas, miles. El único, que no habría llegado a ser ni el platillo de la entrada de no haberme echado la botana de mis otros hombres, el único, plato fuerte de mi vida, el que me llena para no pedir más postre, el que me emborracha y me da cruda, el que me soporta, y me tumba, el único, que se quedó a vivir los resultados de este destino incierto pero cierto.

... no es campaña, ni es mentira, es la pura verdad


Todo lo que traes para dar,

lo puedo multiplicar…
El mar de tus respiros, arrulla mis sentidos
en el grillo de tus latidos
Tu cuerpo desvalido
me tiene sometida en este cuerpo pervertido

El cielo invertido
me trae la urgencia como la hierba al sol
El cielo invertido
me trae la urgencia como la hierba al sol
En la prisa que crece,
tu cuerpo desvanece en la tibia morada,
de piel enamorada
He de rasgar el laberinto de tu boca

Así, envuelta en espera de espuma
disfrazaré mi ola de pluma
No hay nada ya, no hay nada ya
que pueda traerme de vuelta,
No hay nada ya, no hay nada ya,
que pueda traerme de vuelta
Todo lo que traes para dar, lo puedo multiplicar…

jueves, 4 de junio de 2009

unos rojos, otros azules, pero al fin, hermanos.


País hecho de hermanos. Se acabó al gobernabilidad, ahora todos dicen que nadie los deja hacer, los rojos se quejan de los azules, y viceversa hasta llegar al verde como hermanos que pelean por el amor de sus padres, como vertientes nacidas de una misma madre patria, que no acaban ni de ponerse de acuerdo ni de partirse bien el hocico. Sin las pasadas consiguientes, no hay modo de lograr que estos hagan sus vidas de manera independiente sin dejar de cooperarse para el refresco. En casa, nunca viví esto de los hermanos peleando, si acaso lo hicieron, no me di por enterada, y sigo sin enterarme, mis hermanos se aman entre si, a pesar de ser agua, aceite y colonia de rosas, nada que ver el uno con el otro pero en el respeto y en el cariño todos nos abrazamos. Y sin embargo, no saben cuántos hermanos he visto pelear hasta casi sacarse los ojos, y ahí están para confirmar mi historia, no sólo Abel y Caín, los más famosos, si no todo lo que nos rodea que no son mas que rencillas de hermanitos envidiosos. Por otro lado, ahí están los que se hermanan, y para bien o para mal, hacen de su quehacer un gremio inapelable en donde cabe todo, hasta el hermano incómodo. Eso tiene la hermandad asumida, acepta en su seno hasta lo que no debe, y he ahí que pululan los puestos ocupados por neófitos, ingratos imbéciles que a destajo dan órdenes a costa de quien sea, pero eso sí, muy carnales del que manda de a devis. Habrá que dejar de lado el nepotismo y la sangre que hermana, y comenzar a hermanarnos con quienes sufren este boicot de país, esta miseria, esta transa, este horror, este desalojo de la esperanza, hermanarnos y organizarnos como lo hacemos para la fiesta sorpresa, para la parranda, para la compra semanal, hermanarnos para hacer que los dineros se repartan de una manera lógica y decente, para que no se contaminen nuestros ríos, para que el agua sea considerada ya un recurso universal, hermanarnos, y sin embargo, urgente derrotar el nepotismo y los puestos de favorcitos. El solaz de la víctima de sus padres, el hermano. Si este gobierno, o cualquier otro, nos lastima, hermanarnos. La panacea salvadora de la maldita genética, el hermano. El brindis silencioso y siempre presente, será por el hermano. Amigos hermanos, a falta de asistencia familiar, el hermano del corazón, esos hermanos de los que uno se apea por los caminos de la vida. Raíces de encuentro, mis hermanos. Carnal de mi carne, hijos de mi madre aunque renieguen de mi padre, hijos de mi padre aunque olviden a mi madre, carne de mi carne, tan carne como mis hijos y mis nietos, mi carne. Hoy, no estoy completa del todo, me hace falta una hermana, con la que a pesar de no pisar tierra, no puedo evitar entablar conversación con ella, y mientras aquí siga, con los pies en la tierra, nuestra plática seguirá siendo vieja y vigente, y hoy ella me dijo, hermánate.

miércoles, 27 de mayo de 2009

estrés, es de tres, es tres, cabeza, cuerpo y alma


… hablando de estrés, el mundo está al revés. Si todo fuera como yo lo veo como yo lo siento…
A veces, hay que ejercitar la tolerancia, mirar a los demás con la misma misericordia con la que uno mismo se mira ante el espejo, y ahí, alcanzar a vislumbrar que los demás también están en el intento de quererse como son, de asumirse sólo con lo que pueden aceptar de si mismos, hay quien insiste en que hay un mundo feliz, un mundo exitoso, relaciones exitosas y mejores horizontes, y eso, estresa a cualquiera. El mundo es una mierda, y uno generalmente, nace en el cuerpo equivocado, en la familia inapropiada, y hay lo que hay, y hay sobre todo, que relajarse, aflojar el cuerpo, entregarse al amor y a la decepción con la misma intensidad, porque de esto, de esto que es lo que nos toca, nadie se salva.
… si dios hubiera sido bueno conmigo, si me hubiese preguntado, negra, voluptuosa, musical, y desenfadada, así me hubiera hecho, en cambio, esta piel deslavada, este cuerpo ni de a de veras pequeño ni en grande a lo divino, esta cabeza analítica y este corazón de puertas abiertas (que no es nada más de lunes, si no de a diario y en verdad atiende a quien entra).
Para el estrés de la imposibilidad de conseguirlo todo, nada como la risa, como el humor.

lunes, 25 de mayo de 2009

El fuego está de luto


Los poetas son los moldeadores del fuego, no es que lo amansen, no es que lo aticen, es que lo moldean, lo ponen de tal forma ante nuestros ojos que le hallamos forma, sentido, sabor y aroma. El poeta vierte su pasión en imágenes que construye palabra a palabra. El poeta es el encargado del fogón, cuece el pan y le cuida para doblar tamaños y disminuir humedades en la zarza que construye justo arriba del horno, una vez que el amasijo tiene forma, nos lo presenta, para que uno, como simple mortal que se es, pueda entonces decidir si sentir o sucumbir ante la tentación de una concha o de un chamuco… a jalón de trenzas y chocolate ardiente, quemarnos la boca y pedir más atole con el dedo. El poeta es quien cocina lo que siempre hemos anhelado, es quien adorna los ingredientes que nos persiguen en sueños guajiros, en pesadillas interminables, el trabajo del poeta, es un trabajo duro. Trabaja en soledad y en silencio, hace lo que sabe hacer, hace lo que siente debe hacer, hace imágenes con palabras, coloca su huella en las yagas de quienes ni siquiera conoce, hace que hace y a veces siente que no hace nada, a pesar de firmar sus libros, y firmar con su nombre, poco sabe el poeta del solaz que brinda, de la inquietud que mata a versos. El fuego está de luto y yo, y muchos más también, Mario Benedetti ha dejado tanto fuego moldeado como un adiós pintado en millones de labios, y él era quien decía, “Si cada hora vino con su muerte, si el tiempo era una cueva de ladrones, los aires ya no son tan buenos aires, la vida nada más que un blanco móvil y usted preguntará por qué cantamos... Si los nuestros quedaron sin abrazo, la patria casi muerta de tristeza, y el corazón del hombre se hizo añicos antes de que estallara la vergüenza. Usted preguntará por qué cantamos... Cantamos porque el río está sonando, y cuando el río suena, suena el río. Cantamos porque el cruel no tiene nombre y en cambio tiene nombre su destino. Cantamos porque el niño y porque todo y porque algún futuro y porque el pueblo. Cantamos porque los sobrevivientes y nuestros muertos quieren que cantemos”. (Fragmento del poema por qué cantamos). Hoy, la Tierra ya no puede ser el misma, hoy Gaia recibe en su seno a un poeta, y deja a la humanidad sin palabras, nos mira desde dentro, desde ella misma, agitando la mano, balbuceando imposibles, en llanto para despedir a quien nos cantó sin cesar un compromiso lineal e inquebrantable, hoy, la Tierra está contenta, le han regresado a un ser que le dolió parir y le ardió dejar vivir, hoy, regresa a ella como un niño al seno de su madre después de un largo día de juego… “cantamos porque llueve sobre el surco y somos militantes de la vida y porque no podemos ni queremos dejar que la canción se haga ceniza”. ¿Qué leer está en chino?, lo que está en chino es aceptar que Benedetti no escribirá más, no más.

jueves, 21 de mayo de 2009

Renuncia


Hay quien nace con nada y poco hay que hacer, pero se hace, en un acto de supervivencia y de sentir que de lo perdido, lo que aparezca es bueno, y a veces, el camino recorrido para ir en pos de todo lo que no se nos dio es arduo, largo, pero al fin se alcanza. Hay quien nace si no con todo, con mucho, le dan hasta de más, sobrados pues, ¿y qué hacen con ello? además de dilapidarlo en asuntos de poca monta, nada. Hay quien renuncia a su poder, escudándose en el amor, ‘por amor, todo te lo di y me quedé con nada’, hay quien se justifica en el no se pudo, ‘es que yo quise ser modelo pero como no mido dos metros no me fue posible’, y ahí se quedaron, en vilo, sin modelar ni más nada, sólo porque alegan que no se pudo; hay quien culpa al mundo de su ruina, y le echa la culpa a su madre por los regaños, a su padre por haberle obligado a estudiar, al novio por ser celoso, y al mundo entero por su iracunda mano dura en su contra, y se queda, haciendo lo que los demás dicen, (lo que según ellos, se espera de ellos) y culpando a quienes les rodean silenciosamente (porque de hacerlo de manera más ruidosa igual y sería más fácil que ellos, los supuestos culpables, le mandaran a freír espárragos tarde que temprano); hay quien se queda en el sueño, y se desvanece en la nada, como si nadie les hubiera informado que los sueños, cuestan, se construyen y se hacen tangibles con el trabajo diario, en el día a día, en el dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino.
Quien no tiene, no ha de excusarse, ha de corretear el algo de mil maneras, pero el que tiene, y renuncia a su todo, a su alguito, a su coso, a su don, a su habilidad, a su poder hacer, ése no tiene madre, no tiene nombre, no tiene abuela, no tiene perdón.

domingo, 17 de mayo de 2009

A pesar de estar, no se puede decir



He entrevistado a algunos funcionarios públicos, detecto en ellos la gana de hacer su trabajo, pero al cuestionarles sobre lo que no se hace o no se plantea que se planea hacer, algunos establecen que sus ganas no lo son todo, que hay que cumplir con requisitos, que el presupuesto es una realidad que les hace elegir entre lo urgente y lo impostergable, y cuando así contestan, yo, lo que más quiero es creerles. Pero llego a mi casa, y se me ocurren tantas posibles soluciones, a mí, a mí que no soy más que una ciudadana preocupada, y entonces me convenzo, sin querer hacerlo, de que las ganas o no son tantas o no son tan santas como exponen los responsables de administrar nuestro dinero y nuestros requerimientos. Poco a poco, los funcionarios públicos dejan de ser meramente operativos y se convierten en políticos. Una vez transformados de células de producción a células de mantenimiento (mantén tu puesto a como dé lugar) van entendiendo que lo que está mal, si tienen una remota esperanza y una somera intención de arreglarlo, no lo pueden decir. No es que sea verdad, pero a pesar de que pueda ser mentira, no lo pueden decir. Todos somos cómplices del silencio que impera en este país, y los que hablan, los que dicen, en su mayoría tienen segunda intención, y al ser de este modo, dejan de decir las cosas como hay que decirlas, sin celo en la lengua. En este silencio, como sucede con la víctima que no alza su voz, lo inaguantable crece, se van irguiendo ante nosotros las inacabables listas de pendientes, urgencias, anomalías, vicisitudes urbanas y campesinas, fallas, faltas, ofensas, resquebrajamientos, un silencio cada vez más grande y más estridente porque en medio del silencio, ahí está lo que no se dice.
Pregunta: Señor funcionario, ¿por qué no hay señalización en las obras públicas de las calles de Coatepec?
Respuesta. Se equivoca señora, sí hay señales, los que se han caído, llámese autos y/o peatones, ha sido por pura distracción de las personas, nosotros, cumplimos.
… un poco más tarde, luego de caer un trabajador a tremendo hoyo en la calle 5 de mayo, la confesión fue, sólo nos dan cintas para señalizar.
El silencio gira alrededor de las incongruencias generadas a partir de la manera en la que cuestionamos a los funcionarios, porque seguro sólo les dan para una cinta plástica endeble y de baja visibilidad pero no les recortan desayunos, viáticos para hacer viajes a comisiones o poco importantes o inexistentes. Silencio, y termínese sus tamalitos, yo pago la cuenta a costa del erario.

los niños del futuro...


gracias a los maestros actuales, estos niños no sabrán que no es lo mismo establecer la pregunta ¿quién te quita? que pegarle a quien te quita...

Arriba la ortografía.


El colmo del panadero, tener una hija Concha y sentir que no debe comérsela. El colmo de la mala ortografía, que el que la imparte, que el que la custodia, no sepa la diferencia entre un acento grave y acento agudo. Parece chiste pero no lo es. En el 2008 se llevó a cabo una muestra escolar en bajos del Palacio de Coatepec donde expusieron, primero, su faltas de ortografía en la pancarta que les anunciaba, y segundo, trabajos de chicos de primaria sin las correcciones pertinentes. Es una lástima pero en mi cambio de computadora perdí la foto de una anotación de un maestro a un trabajo de un alumno, donde en rojo le anotó: “felisidades, buen trabajo!!!!”, dándole por calificación un diez a un trabajo plagado de faltas de ortografía del alumno, queriendo anular quizás, las propias del maestro.

domingo, 12 de abril de 2009

conciencia del ruido


Un doce de abril decidieron que era un buen día para dedicarlo a la conciencia sobre el ruido.




Hay tanto ruido entre nosotros


tanto, que hasta tu nombre se ha borrado de mi memoria


Te llamas fantasía.


El verano y la primavera suenan igual si estás entre dos banquetas, para poder percibir el canto de los pájaros habría que callar a las botargas que se balancean afuera de los negocios para decirnos que somos un manojo de idiotas, nos venden como si no tuviéramos neuronas. También habría que silenciar a las motocicletas, sobre todo, a aquellas que retumban los vidrios de las casas con su claxon para vendernos, otra vez, como buenos idiotas que nos creen, tortillas. Simplemente, somos tan conformistas que nuestros vendedores no se las ingenian para ofertarnos sus productos de una manera más inteligente y acorde con la armonía de las estaciones, el cielo y el temperamento de sus ciudadanos, no, no hay necesidad, somos un atado de imbéciles. Nos rompen los tímpanos y aún así, pasamos en miedo del escándalo a comprarle jamón, y salimos corre y corre por las tortillas, somos una bola de comodinos que, indispuestos a hacerla de tos, nos abalanzamos sobre producto que nos oferten de la manera que lo hagan, y si aquello nos gusta, o nos es imprescindible como las benditas tortillas, nos la podrían vender incluso en una forma poco higiénica y de todas formas, las compraríamos. Entre tanto ruido, estamos silenciados, nuestra voz se ha perdido en medio de celulares que suenan, música chunchaquera inmunda de fondo, claxones, motores a todo meter, silbatos de oficiales de tránsito, y lo que se apersone. El emisor se ha quedado sin qué decir, y al receptor o le vale o no comprende que no hay mensaje, no deja de oír ruido, ruido de abogados, ruido de sartenes, ruido de sillas que se arrastran, ruido de teléfonos que truenan de mil maneras, ruido de máquinas que le dicen por el auricular, presiones tal o cual tecla, adiós a las señoritas a las que uno podía contarle sus penas, levantar sus quejas o explicarle los detalles, ahora es más fácil hacerse amigo de un taxista, acostumbrado a escuchar, y también a contar, entre tanto ruido que hace y deja hacer a su alrededor. ¿Y tu voz?, ¿dónde ha quedado entre tanto ruido?, la he ido a buscar a la Avenida Orizaba, donde entre tanta hayas, hay algunos bambúes que retumban contra el aire, y me traen tu voz, la mía, y la de todos los que nos sentimos extraviados entre tanto ruido. Entre tanto ruido, hay que mirar el cielo para cerrar los oídos, y al volver a abrirlos entonces darle cabida a los sonidos, sonidos de cuerdas de guitarra, de cuerdas vocales, de risas de niños, de la voz amada, del tacón que se acerca, del pájaro carpintero necio, y testarudo contra el árbol del vecino, sonidos, mermados por el ruido, apaciguados por nuestra falta de voz. De una voz que diga algo así: caballero, no pite el claxon o no le compraré jamás tortillas, y haré que nadie más le compre.

miércoles, 8 de abril de 2009

aquimi chu, aquí mi chu

A contra pelo. Hay quien fluye como en sentido directo del carril derecho de su vida, va a buena velocidad, y casi sin contratiempos, sí, hay gente así, obediente, y feliz con su sometimiento pues no tiene necesidad alguna de transgredir ni a sus padres, gente que no ha sentido el impulso de hacerlo ya que camina en armonía con lo que se le brinda. No sé en dónde está la imperiosa necesidad de hacer algo a contra pelo, en contra del mundo que nos rodea, a favor de causas que no figuran en los encabezados de los diarios, ni en los títulos de películas, ni en los proyectos familiares, no lo sé pero lo vivo, lo siento y lo he perseguido desde que tengo uso de razón. ¿Inconforme?, no del todo, me gusta mi vida, me cae bien mi pareja, me agrada el lugar donde vivo, amo a mis hijos y no me he arrepentido ni por un instante de haberlos invitado al mundo, adoro mi trabajo, y sin embargo, plantada, y en contra de muchas cosas que el mundo oferta; y sin embargo, plantada y peleando por asuntos que aparentemente, no le importan al resto del planeta. El mundo, no es completamente un moco embarrado en la pared, es un lugar grandioso, pero no está bien, y no es que esté del todo equivocado, es que hay mucho por hacer y más por dejar de hacer. Hay que darlo todo para recibir algo, y cuando esta consiguiente se tiene clara, no habrá fuerza que nos detenga en nuestras empresas por más descabelladas que éstas sean, no habrá poder humano que logre convencer a nuestra empedernida alma de que nuestras férreas ideas, son inalcanzables. Y así, tantas veces nos tumbarán, como tantas veces nos levantaremos de entre las cenizas para continuar persiguiendo, luchando, ideando, trabajando a favor de lo que creemos, se debe hacer para mejorar o para aliviar heridas contenidas por una sociedad que teme al cambio. El mundo es un lugar a todo mecate, lo dicen las playas, los bosques, la luna, los días soleados y la neblina, lo cantan los pájaros, y lo confirman los perros al ladrar, las palomas al volar y los niños al reír. Somos nosotros, los humanos, quienes insistimos en la exacerbación de la comodidad y la avaricia, quienes arruinamos el mundo, pero más lo arruina quien piensa que no se puede hacer nada al respecto, quienes dicen que no separan su basura porque nadie más lo hace, quien afirma que el mundo es de los poderosos y que su voto y voz no sirven para nada, esos son los peores. Es indispensable que las personas que creen que hay algo por hacer, no se desanimen, no se cansen, no cesen de hacer, de luchar y de decir. No estás solo, habemos otros en la misma frecuencia, y de continuar, nos encontraremos, tarde que temprano. ¿Quién carambas dijo que todo está perdido?, por favor, yo vengo a ofrecer mi corazón, ¿y tú?, ¿también traes la mano en el corazón para ofertarlo a la idea de un mundo mejor?