jueves, 16 de julio de 2009

cajones... de abajo hacia arriba

Cajones. Uno guarda en cajones las cosas de las que se va haciendo por el paso de la vida. Entre más rico se es, más cajones, más se guarda, menos se ocupa; entre más se camina, más se tiene, y entre menos se ocupa, más cajones para guardar (lo que no está en uso). Los expertos aseguran que todos deberíamos de tener a los sumo, tres cajones y guardar de abajo hacia arriba en orden de menor constancia de uso. Lo mismo sucede con los libros y la literatura. La gente asidua a la lectura se va haciendo de libros, como de cosas, cada vez más libros en el librero, y con suerte, cada vez, más libros leídos, y por tanto, en desuso. Pero una vez que se ha leído una buena cantidad de libros es importante ir separando en la cabeza, los archivos de lectura. Aprender sobre géneros, estilos y corrientes literarias, no es una mala idea, es una herramienta para el gozo más pleno de la lectura. Una vez que uno establece que hay novelas clásicas del realismo, Balzac alcanzará en nuestro libero un panel de continua referencia, así como comprender que Octavio Paz y su ensayo El laberinto de la soledad, son eso, un ensayo, que también pueden ser páginas de constante consulta, sobre todo, si se atreve uno a leer Los de de abajo de Mariano Azuela, o cualquier novela costumbrista. Si uno separa debidamente en los cajones del acervo, las novelas, de los ensayos, los cuentos, de los poemas, los artículos de los libros de autoayuda, se está más preparado para disfrutar la lectura en presente, pasado y futuro. Y aquí llegamos al punto de ‘hay de dos sopas’, o haces biblioteca no rolando ni prestando libros, o haces un bien a la humanidad, y además de que los recomiendas, los rolas sin grandes esperanzas de verles de nuevo pero con la conciencia de que esos libros, no han caído en el desuso del espacio inerte del librero que se desvencija por el peso extremo de libros estancados. Por supuesto, están los imprestables, los tesoros, los que siempre serán referencia para la vida y para lecturas futuras, y claro, los diccionarios, que nunca serán suficientes, a pesar de la coexistencia de ‘Mister Google’. No me atrevo a decirte ‘rola’, cada quien con sus envidias, pero te invito a que no permitas que los libros sean humillados, destinados al olvido o a ejercer funciones que no tengan que ver con la apertura de sus páginas, como quien les utiliza de adorno o de sostén o de pisa papeles. Me atrevo a proponerte que estas vacaciones, las goces con la lectura de los libros que se han quedado en espera sobre tu buró.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdoneme señora, pero usted no escribe por el arte de escribir, sino por unas jodidas ganas de enseñar, adoctrinar, aleccionar, oponer: en resumidas cuentas: para joder.
Es peor que el peor recuerdo de mi maestra de tercero de primaria, solterona de mierda que siempre tenía la razón, aunque no la tuviera.
Usted es igual, la he oido en la radio interrumpiendo para ponerse de ejemplo, ´para presumir cuánto lee y cuánto sabe. Para decir lo mismo y poner en verguenza a su marido y ridiculizar a su familia.

Señora profesora, es usted una feminista amargada que ríe mucho para convencerse y convencer a otros que es feliz. Feliz con una felicidad que no conoce o que dejó muy atrás.
Y si se queja que no la leen, no critique al mundo porque no lee, mejor piense en la obra fecal de la escritora didacta.

¿A quien le importa su obesidad? si usted busca abundancia en algo es cosa suya. Preumirla como si no le importara pone en evidencia lo que en verdad piensa de usted, cómo se ve.
Deje de querer ser la luz del mundo, ya hay una religión que se llama así.

Mercedes Boullosa dijo...

Cobarde anónimo: lo primero que le digo es que en efecto, yo no escribo por el arte de escribir, si no por el tremendo deseo de que la gente lea, este artículo no fue formulado para joder a nadie, y me apena que mi humilde blog, lo haya enojado de tal forma que usted se tome la molestia de escribir con tanto ímpetu, sólo para insultar. Esta columna de 'leer está en chino', se publica en dos diarios del sur semana con semana, y me pagan por escribir, reitero, yo no escribo por el arte de escribir, si no por oficio. Por otro lado, si tanto le molesta mi presencia en la radio, lo conmino a cambiar de estación, no sufra con mis intervenciones. Aclaro que me halaga usted, pensando que soy, que quiero parecer la luz del mundo, créame, soy un ser obscuro, y desde el sótano me muevo hacia mis distintos puntos de labor. Le perdono sus palabras, pues me imagino que el que está amargado e invadido por una urgencia de aleccionar, es usted, pero lo que no le perdono es que me llame feminista, eso sí, que no se lo perdono, seré, como bien dice, gorda, charlatana, ¿pero feminista? ahora, continuando con mi línea de adoctrinamiento social, lo conmino a que enjuague usted sus fracasos de manera más ingeniosa, que deje atrás los insultos baratos y soeces a una dama que no le ha hecho daño alguno, más allá de su propia existencia, y sobre todas las cosas, le recomiendo, ír en pos de un poco de sentido del humor.
atentamente,
Mercedes Boullosa, porque yo sí doy mi nombre cuando digo lo que digo, a pesar de ser, como en este caso, sujeta a vergonzantes notas.

Jacobo Castillo dijo...

Perdóneme, Anónimo, usted no critica en defensa del arte, sino, emulando sus palabras: critica sólo por joder.

Con esa exquisita capacidad que tiene para odiar (y el tiempo que destina a escuchar/leer/psicoanalizar) a los que odia, porque estás fuera de las redes sociales como Enemybook, I fucking hate you o Myfrienemies.

Ahí de seguro no serías rey, pero encontrarías muchos odiantes con los cuales descargar toda la rabia que traes dentro.

Duda: tus comentarios tienen algúna finalidad? están motivados por alguna pasión? son completamente objetivos y buscan el bienestar de la sociedad?

Jajajaja...Anónimo, me hiciste el día.