lunes, 29 de diciembre de 2008

... y coincidir



Convergencia. Hay quien prefiere a todas luces el método que le da seguridad y hay algunos otros que son amigos de la improvisación. De este gusto por manejarse en base al manual o por la libre se gestan una serie de desencuentros que son de relevante trascendencia. Les pondré un ejemplo claro, la música, en ésta habemos los que de puro oído sabemos en qué nota estamos y a qué nota vamos, pero además de la nota precisa, está el ritmo, los cambios tonales, la armonía y otras delicadezas que pueden llegar a tener las rolitas que se mascan y cantan, y que cuando las cantamos a solas en la regadera, no hay mayor complicación ya que ni hay una gran audiencia, ni tenemos que pactar con otro. Cuando la tal rola se ejecuta en compañía de otros, tal vez una trompeta, una guitarra y alguna percusión, entonces sí, ahí viene el detalle de las convergencias, el dónde nos reunimos y el cómo hacerle para sonar a que estamos interpretando la misma canción recae en la importancia relevante e ineludible del método. Una corchea mide lo que dura, y la nota en la que los instrumentos participantes (incluida la voz) se reúnen para dar el efecto sonoro pensado por el autor y compositor de la tal rola, es indispensable, que todos sepan que el Re dura y suena lo de una corchea, pero si la cantante no lee música o el guitarrista ha ido por la libre todo lo que puede y le da igual el Re que el Mi, he ahí que la ejecución no dará el ancho. Lo mismo sucede con las palabras y los escritos. La gramática, esa pesada materia que dicta el procedimiento a seguir para las comas, los puntos y las corcheas, además de conjugar los verbos en todos los tiempos imaginables para los quehaceres y tiempos de un ser humano, no sólo es una lata, es una herramienta elemental para la convergencia de ideas, ya que no es lo mismo “¡me hubieran dicho!” que “de haberme dicho…” aunque las abuelas afirman que el ‘hubiera’ no existe, es una forma que comunica perfectamente lo que tanto se desea pero no se alcanza. La gramática, este método que muchos menguan, es un invitado del que persona alguna debiera de jamás prescindir para la correcta y oportuna comunicación, y para muestra, un botón: la importancia de la "coma", "si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda". Si eres mujer, con toda seguridad colocarías la coma después de la palabra "mujer". Si eres hombre, tal vez prefieras la coma después de la palabra "tiene". ¿Qué leer está en chino?, si quien escribe respeta las leyes gramaticales de la lengua y quien lee las conoce, puede que leer sea más sencillo y por cierto, más placentero. Punto final.

Entre la maleza...

Entre la maleza nace la esperanza. La primera vez que estuve de pie presente en un maizal, lo que más me maravilló de este sembradío no fue el gran tamaño que alcanzan las matas ni la timidez de los elotes, ni la proliferación de los elotitos dobles y pequeños que a mí me los vendían en frasco y en salmuera, no. Me conquistó del maizal la metáfora perfecta de la audacia de las calabazas, enredándose entre la nada y el todo de una mazorca a otra, planta rastrera que al florear nos brinda el suculento manjar de las empanadas de flor de calabaza con queso se hebra, metáfora que habla del cómo se puede conseguir la delicadeza y la fuerza, al tiempo que la sombra y el reconocimiento ante tanta maleza. Así está el mundo, entre maleza nos vemos a diario, ruido, mucho ruido, abusan de nuestros sentidos, publicistas y gobernantes; nos invaden de imágenes y nos tapan el sol, nos venden atole con el dedo, nos otorgan beneficios con tal de no hacer notar los maleficios, nos dicen cómo es que más vale que pensemos, nos dictan la moda, nos llenan de maleza para perdernos, a cada cual lo trepan en un auto para que no piense en los demás ni se relacione mucho con los otros, y al que va en transporte público lo llenan de miedo también para que más vale, no le hable al que va a su lado, arriba la maleza y el desencuentro. Tengo esperanzas, renacen entre las sombras del ruido, no han logrado hacerme pensar de modo alguno, no han logrado que no hable con los peatones o con mi familia, y sigo yendo al mercado a comprar la flor de calabaza y me confecciono mi manjar sin importar cuántas suculentos platillos me ofrezcan congelados y de veloz y sencilla preparación. Pude haber pensado cuando era más joven que se ocupaba de un gran machete para abrirse camino entre la maleza, hoy creo que la navaja afilada se ha de llevar a mucha honra en la boca, en los piensos, en los abrazos, en los actos cotidianos, en los lazos que nos hermanan por razones intangibles y definitivas con otros. Dentro, muy dentro de mí, nace un muerto entre la maleza del escándalo al que estamos sujetos; fuera, reviven Lázaros que se hermanan con deseos contundentes como notar, hablar y actuar por los árboles que derriban, el agua que contaminamos, y así voy por la vida, enredándome con seres calabazas. Damos de cuando en cuando, un espectáculo de manjar para otros que a su vez, hartos ya de estar hartos, escuchan la voz que dice lo que los demás callan, como si entre tanto ruido, se cantara una canción, una canción de esperanza. Acceder a un mundo mejor es trabajar en consecuencia, es buscarle y así encontrarle entre las sombras, aunque sea por temporadas. Imploro que no nos falten elotitos tiernos, empanadas de huitlacoche y de flor de calabaza, la reina de las sombras.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Crónicas del corazón...



No hay una sola cuita que no valga la pena divulgar por medio de una crónica si ésta cumple con ciertos requisitos:
*Tú la viviste. Tú la vives. Alguien la vive y tú la viste... por algo tu atención se centró en ella.
*La cuita tiene carácter, y éste puede ser: melodramático (como a la mayoría de los mexicanos se nos da de manera natural), trágico (tal como a la prensa amarillista le encanta), cómico (que es como los más de los ineficientes resolvemos las tales cuitas), heroico (en cada mexicano hay algo estoico), y todas las mezclas son bienvenidas también, por lo que el carácter de la tal cuita puede acentuarse en ser tragicómica, cómico-heroica, hasta llegar a ser drama-patético-cómica. Arriba la hipérbole si estamos hablando de tener carácter, que más vale tener en pluma una cuita multicolor que una buena razón parda o soez.
*La cuita tiene importancia si no trascendental, cotidiana.
*La cuita tiene o razón de ser, o ninguna razón de ser, en medio, no hay gran cosa, el jamón siempre ha sido vulgar aunque si es de buena calidad, apenas comestible.
*La cuita se suscita bajo un rubro que o conoces, o puedes indagar. Despídete de los astros, deja que los expertos hablen de ellos, contempla la luna que ésta es democrática por decreto celestial, dedica tu atención y tus sentidos a las aceras urbanas, a la tierra que pisas, a la ciudad que habitas, a las voces del vecino.
Al fin he logrado tener todos los requisitos para hacer un trámite. Claro, los requisitos los dicté yo misma, pero no se puede esperar perfección caray, menos si estamos hablando de vicisitudes varias. Estoy en mis marcas, lista y dentro. En este blog iré desglosando, poco a poco las crónicas de este corazón. Te ofrezco mis ojos y mis palabras para entrar en calor.

Apunten...

Para apuntar y para apuntalar
nada como una agenda.
En esta, con textos de la que suscribe y de Miguel Flores, hay para leer y para escoger purtititas crónicas del corazón...

Agenda tu 2009


Siendo el tiempo de hacer o decir

Organiza tus palabras, planea tus acciones

agenda tu quehacer para que puedas hacer más

... por lo menos transcribiste ideas, que a veces eso ya es bastante más de lo que se suele hacer en un día cualquiera.

Si no tienes agenda por la razón que sea, ve a comprar una, si no quieres salir por la razón que sea, nomás dime y yo te vendo a domicilio una de las que yo hago. Barata, bonita, y buena.

viernes, 19 de diciembre de 2008

La Pastorela de Ale... continúa con todo y tamalitos


Pablo, María y Juan se han de haber divertido de lo lindo con esta tradicional pastorela que yo misma gocé y padecí en persona, pero lo que es relevante para mí es esta necesidad de continuar haciendo, como bien lo dijo Alejandro, lo que hacían los padres de uno, y los padres de los padres de uno, nomás como un modo de sentir de dónde vinimos y del porqué estamos aquí.
Esta Navidad yo haré gelatina de la Mami, quisiera hacer una gallina rellena pero cada vez es más complicado conseguir el animalito en pie, y el tiempo, que es mi peor enemigo y mi elemental herramienta, me lo impiden. Gelatina de leche, y si me pongo de modo hasta gelatina de vino tinto haré. La Mami no se puede ir del todo no sólo por mis piensos y mis memorias, por este amor por la bien muerta que vive en mí, si no también porque continuamos haciendo lo que ella solía hacer, La María Esther sigue haciendo a través de nosotros, los suyos. No faltará un arroz en honor a Alejandro, y con suerte (pero de la mucha suerte) me haré una langosta, con doble pretexto,recordate Ale y que Miguel la pruebe. Del resto del menú estoy pensando seriamente en ponerme a inventar cositas, sí, esta Navidad puro platillo de autor (alias la Bullo), ya les contaré qué tal nos rechupeteamos los dedos o el fiasco total de mis horas que me estoy tratando de financiar en mi cocina. Hoy, a mis finanzas, a seguir con las agendas que el 2009 viene pujando.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Amarillo


el color amarillo, por algo no ha figurado dentro de mis colores favoritos, no es nada en contra de los asiáticos que nos están inundando de mierda y media, que además de no servir, es de plástico, no; tampoco todos los amarillos son iguales; la luz preventiva de los semáforos, que es amarilla y suele palpitar, siempre me ha desconcertado, " a todo meter o a todo parar"; dicen que el sol es amarillo y francamente, soy amante de los días nublados, yo y mi amor por los grises, ajena y un tanto enemiga del absoluto blanco y el absolutamente negro, me quedo con el gris y sus porqués plagados de infinito; embarazada de Tamara accedí en medio de mi ingrávida estupidez a pintar las paredes de mi cuarto de amarillo, con el peor de los amarillos 'amarillo pastelito', pero todo pasa, hasta el embarazo que se convierte en persona, y una vez resucitada de mi terrible decisión descubrí una mañana gris, que ese color, me deprimía en serio, el naranja no tardó en llegar y lo único bueno de aquél ya remoto amarillo fue el haber cedido, ahora le tocaba ceder a mi compañero de cuarto a mi naranja 'no nos queda duda de que la vida es alegre'.

Hoy, mi hija está amarilla, y no, no hay parentela asiática cercana, mi hija, morena de fuego, está invadida por una ictericia no sin antes haber pasado muchos días entre el guacala y sufre, sufre, sufre. Lo reitero, el amarillo, no es para mí ni para quienes me rodean, arriba el morado, que al fin es tan exótico que es capaz de hacer buena pareja con el amarillo, arriba mi sala amarillo del bueno, de ese que parece sacado de una tarde de invierno entre los árboles, que combina perfecto con mi gato negro de bruja que soy. Un bú largo y tendido para los amarillos paleta, para los amarillos bilis, para los amarillos pastelito, pusilánimes e introvertidos, arriba el amarillo escándalo, el amarillo que al fin ayuda a elaborar otros colores tan buenos que no hay palabras para ellos.