jueves, 10 de diciembre de 2009

el silencio

... hubo un silencio aquí en este blog, en mi alma, y donde hablé, pedí ayuda a mi cabeza, mi corazón estaba en otro lado. En mi taller, los libros quedaron sepultados entre telas a medio pintar, tubos de pintura, maderas, papeles, tazas de té, de café, y mis gatos buscando un rincón para acomodarse.

El cementerio de los corazones rotos que me habita no es otra cosa que la de yo mismas que he tenido que ser para seguir siendo, renovada, restaurada y un poco muerta pero al tiro. Y mi corazón, habitado por una variedad infinita de apéndices y parásitos, palpita.

p.d. Fadanelli, ¿en verdad el infierno te parecen los otros?, cuando bebas hasta el fondo indaga el averno que te habita... se asemeja a mi cementerio de corazones rotos. Ojalá beber me sirviera, la cerveza es menos húmeda que esto que pinto, que esto que llevo por dentro.

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