miércoles, 24 de junio de 2009

Ésta todavía menos pensó en el qué dirán...


!y qué lástima!, entrar al Coatepec Mágico y toparse en el alto del tope con este par de tetas que te ofertan con la entrada al auto-hotel, francamente no es el tipo de magia que me atrae. ¿Será que soy vieja?, eso diría mi querido editor Toño, pero mano, discúlpame, no es por mojigata, no es por esteticista, es por pura lógica, hay imagenes que invaden, y ésta es una de ellas. ¿Dónde quedó el sueño de las casitas de teja, los árboles y los cafetos, ¿se los llevó la pasión de una hora? Ahora rentan cuartos y camas de motel por horas, carajo, ya ni el sueño de dormir con olor a tierra mojada y entrepiernado nos ha dejado esta prisa, esta locura, ahora para entrar en calentura, también se ocupa carro... quiero un beso de banqueta, de poste, de escondidas sin que la tía nos cache. Que se jodan los moteles, habría que hacernos el amor más despacio, llevarnos rato antes de vernos los paños menores, y antes de llegar a mayores, siquiera sabernos los pormenores.

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