jueves, 23 de octubre de 2008

Toda una vida muerta


Y sí, ahora soy más vieja de lo que fue mi madre, es entonces cuando entiendo en toda su dimensión, la tragedia que fue su pérdida.

Hoy hace tres décadas con ocho años que ya no está conmigo mi señora madre Doña Teté. Lleva toda una vida muerta, y está tan viva y presente, que no hay un solo día que pase, en que no le dedique siquiera un pienso.

Las pérdidas, la muerte y sus recuentos, son la oportunidad de ver las vida y lo que tenemos.

Yo tengo más que mucho pues aún tengo, más sueños que realidades.

Hoy, fuera de dolerme, me felicito por haberme graduado ya en huérfana y aún así, no dejar a Teté, a Marisé, a La Mami, ni atrás ni en el olvido. Aquí las llevo dentro, son mi compañía subcutánea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tú, eres el presente. Célula viva de Teté y la Mami. Prolongas en tus hijos la "vida" renaces, renuevas, actualizas, engendras pensamientos pero y sobretodo sentimientos de Amor. Él se hace, núcleo de hoy, aquí y siempre. Gracias.