sábado, 11 de octubre de 2008

Quiero un techo propio


En algún momento de mi vida entendí que no podría dar a mis hijos, lo que mi padre me dio, en ninguno de los sentidos, y asumí aquello con naturalidad, vaya, no ocupé ni un poco de valentía, me quedaba claro que mis brazos eran anchos y mi bolsillo enjuto, punto. Eso de no darles una educación académica de alto costo también preví que se debía no tanto a una circunstancia personal, mía, si no a una condición social muy general, antes la gente que trabajaba duro tenía acceso a muchos triunfos, económicos obvio.


Todo ha cambiado, y hay muchas más cosas que no me agradan del mundo y que sin embargo, voy heredando a mis hijos en cada paso; cuando eran chicos y yo era soñadora y ausente de todo lo que a mi alrededor sucedía, el mundo era perfecto, me bastaba con darme toda, y siempre, jugar o simplemente deveras querer estar con ellos, me fue suficiente para sentirme satisfecha. Ahora que veo a las mamás jóvenes tan comprometidas con su trabajo, y con el mundo, no sé si las admiro o las compadezco, sólo sé que para mí esos momentos de madre de tiempo completo

me han dado la fuerza para todos los abandonos posteriores, estuve ahí cuando nos necesitamos el uno al otro y ahora practico sin lograrlo del todo, hacerme un ladito para que ellos busquen e indaguen su mundo.


El día que comencé a comprar el agua en garrafón, debí haber sospechado. Supongo que cada generación carga con sus propios miedos, yo temía a la bomba atómica y al herpes pero ninguna de esas dos cosas me hizo no construir sueños al por mayor o usar condón. Yo veo que hoy hay mucho más miedo en las calles del que los jóvenes y niños son partícipes y me apena aunque espero de ello mejores resultados de los que ausentes como yo entregamos a la generación venidera.


Mi abuela, antes de morir vendió y regaló todo, y pensé románticamente, que así sería mi vida, pero la verdad, tengo un sueño pertinaz, quiero una casa, un terruño en el cual envejecer, unos palos ya no para heredar, nomás para no pagar renta.

No hay comentarios: