martes, 7 de diciembre de 2010

Entre las sábanas


Entre las sábanas nacen los poemas más requeridos.
Entre las sábanas mueren las consiguientes más feroces.
Entre las sábanas... se desea sin nombre y sin fecha.
Entre las sábanas, la descarnada realidad adquiere sombras para asir la luz de la vela.
"Entre las sábanas te veas", mi nuevo poemario.

martes, 26 de octubre de 2010

Lázaro, levántate y anda


Hay quien muere en vida, hay quien está más vivo muerto que vivo.
Pero a peso muerto no hay que verle el pero, si no el cómo.
Y el me la paso por el arco del triunfo, puede estar a un paso de pasar por el otro arco...
el del altar de muertos.
Nada de que portándote bien llegarás al cielo, el cielo y el infierno aquí y ahora.
En el más allá, están muchos de los viven con nosotros, son pérdida a medias, nos quedamos con mucho, y ahí fue su portarse bien.
Me duele en el alma que allá en el otro mundo, la sociedad de poetas muertos esté cada vez más enriquecida, y nosotros en este mundo, con las palabras que les dio el tiempo y la vida para dar.
Agradezco en vida, este andar de penas y de alegrías, mis amigos, mi parentela, mi suerte mala, buena y ambigua, mis canas y mis ganas de seguir.
El altar de muertos, cada vez más surtido, amores de todo tipo, porque ¿cómo no poner en éste a Saramago o a Monsivais, a las muertas de Juárez o a mi madre?, no hay modo, los muertos, son un peso en nuestra alma, y ni ponerle el pero, verle cómo hacerle para poder con todo, con los vivos que se pasan de vivos, con los muertos que son nuestros por cariño adquirido o por cariño consanguíneo, no hay que dejar a nadie fuera de nuestro piensos.
Se van acumulando las fotos guindadas de la pared de los muertos, todos aquí, tres metros bajo tierra y presentes más que vivos que con los que uno suele almorzar.
¿Te sientes morir?, levántate y anda, que hay mucho por hacer, muchos a quien amar, mucho que esperar y más que arreglar, si no te toca, no hay porqué detener el curso, anda y haz lo tuyo. Y te lo digo Juan para que me oigas Bullo. Estoy cansada. Y me duelen mis muertos más en este mes que huele a flores y mirra, y son ellos quienes me levantan de mi letargo y me recuerdan que murieron para que yo comprobara que sigo viva. Vivita y coleando.

martes, 31 de agosto de 2010

Bajo el trastorno de vivir



Buscando la media, la hallaron. Intentando hacer equilibrio, dejaron los malabares. Por el acecho de las preocupaciones, aprendieron a no pelear. No pelando, se instalaron en la comodidad. Atención: vivir puede convertirse en todo un trastorno, definitivamente, sobre todo, si dicha actividad, poco sana, según afirman algunos, se convierte en un riesgo para el confort hallado de cierta manera y no sin trucos. La acción de vivir, implica más de una molestia al día, la pasión que conlleva el acecho del anhelo puede ser una verdadera monserga, acaso valedora, piedra en el zapato, sin triquiñuelas, sin maquillaje, honestamente, un embrollo. Los detalles que surgen de la puesta de atención, como una puesta en escena, dramáticos, multicolores, avasallantes, o nimios pero cada pormenor, vale, importa, se siente y hace sentido con el hecho de estar en acción en el acto de vivir. Un corazón sometido al temor, recuerda su fragilidad. Un corazón que se agita ante un ser adorable, se sabe vulnerable. Un corazón que late en sincronía con el mundo que le rodea, se sabe latente, vivo. Desvanecerse ante una mala noticia, envanecerse ante una buena nota, desmayar por una sonrisa, aborrecer por un desdén, son síntomas todos que pueden preocupar al portador, son pruebas irrefutables de supervivencia. Sobrevivir los sinsabores que implica ir por la vida viviendo, no es asunto menor. Tantos muertos en vida que nos rodean, y los miramos al frente de la ventanilla cuatro, enviándonos a la ventanilla veinte, ventanillas casi todas inertes, pasivos testigos de nuestra consternación, muertos en vida que confunden el valor real de ese riesgo que es vivir. Y a jugar que la vida es lúdica, lúbrica, idílica, al fin un sueño al despertar. Y jugamos ante el vórtice de las lenguas, resanamos las heridas entre el intento de congelación y la llama que no se aplaca, y nos rendimos a ratos como una confirmación del nuevo deseo, desgarramos las sábanas, nos damos toditos y tomamos el riesgo de un sorbo, a la hidalgo, y pensamos tanto, como no pensamos cuando entramos a una nueva era, y vivimos tantas eras como sea necesario para seguir en esa acción de vivir. Y tanto se ha dicho de esa vida maraca, como inefable es mentarla cuando se cree haber perdido todo. El todo por el todo. Todos ponen. Todos pierden. Todos ganan. Y la vida de cada cual, como huella digital, tan distintas y tan cercanas. Y en un tris, todo se acomoda y hasta creemos haber encontrado la piedra filosofal, la felicidad, el grito original, el amor verdadero, el amigo mejor, el hijo ideal, el trabajo idóneo, el jefe justo, la mano que ayuda, la fuente de la juventud; y al siguiente instante, todo se vuelve a desacomodar en su perfecta naturaleza, para ir pos de un corazón, para seguir buscando, para continuar en el encuentro de la miríada de probabilidades que oferta el hecho contundente de estar vivo y actuar en consecuencia, viviendo, latiendo, vibrando, llorando, rabiando mujeradentro@yahoo.com.mx , vivita y coleando.

jueves, 15 de julio de 2010

Brutal


Brutal la enzima que me anima


Elimina el repique de la herida


El dolor pende de un tendedero


Y me recuerdo



Tenerme en mente


No olvidarme


Asistirme, es redimirme


nunca rendirme



Atroz la hendidura


Volcadura que hiende


Al fin dolor


Al fin herida



Asaz designio que evade la grieta


A toda costa busca el solaz


Rapaz memoria que aprieta


Para llevarme una y otra vez


A ese inolvidable



Brutal es la enzima que me hostiga


No cesa, no arredra, no doblega


A la alegría me ha de llevar


… a pesar de la herida,


Por pesar de la herida


Pesando la herida brutalmente





domingo, 20 de junio de 2010

El derrumbe

Se van los que piensan y nos atisban las luces que pudiera haber en el camino.
Se van los que escriben y en fantasía o en ensayo, nos dicen el mundo.
Entiendo que no tendrían porqué vivir para siempre; sin embargo, dejan un vacío irreparable.
De luto y de fiesta al mismo tiempo.
Duele la ausencia, el último viaje del elefante, literalmente, el último, pero al fin un viaje al que todos estamos invitados.
Duele el saber que no habrá quien entienda tan bien el autoengaño al que nos hemos remitido en los últimos años, Monchis se reirá desde el otro mundo al que también estamos invitados pero no iremos hasta que nos toque.
De fiesta porque un ensayo sobre la ceguera nos abrió las puertas a horizontes insondables, de fiesta porque alguien tuvo los tamaños y la cabeza para nombrar a los políticos de nuestro país con adjetivos irrefutables.
Lo peor es que se van en bola, no dan tiempo para digerir una pérdida cuando llega la otra.
Triste pero viva, habré de responsabilizarme de ello supongo.

domingo, 23 de mayo de 2010

Al calor político... el calzón

En un horno de leña, el calor que emana de éste, invade un perímetro importante... como en la política, los ardores que se gastan los involucrados, los dires y diretes, los ires y venires de quienes les siguen y persiguen son asunto incluso, de quienes nada tienen que ver con ello o nada desean de sus resultados. Una cosa es estar más allá del bien y del mal,mirar más profundo que el azul, el rojo,o el amarillo, y otra cosa es la apatía, el no querer más que blandir la espada contra lo que de todo esto derive. El calzón de los hornos de leña, esta parte trasera, o a modo de tapanco o sótano que por la cercanía con el calor del horno se convierte en el lugar ideal para fermentar, resguardar o levantar harinas y panes es el sinónimo de lo que debiéramos vivir los ciudadanos durante la efervescencia electoral. Hay que izar las velas de los sueños mientras otros se debaten entre el calor político, guardar la tibieza lejana del fervor de los engaños, las adjetivizaciones exacerbadas y de las torpes fogocidades, guardar nuestra calma, alejarla de humedades, y sin mancha, nuestro voto vaya a dar a las urnas, porque nos guste o no, el voto es la única instancia con la que contamos para alzar nuestra voz. Al calor político resguardarnos y amarrarnos muy bien al calzón.

domingo, 9 de mayo de 2010

Desde la butaca


Apoltronada en mi butaca

miro los acontecimientos

me siento púber

recuerdo que podía pasar horas

recordando

acomodando pensamientos

Hoy, sigo sin acomodarlos del todo

y a pesar de que no estoy atada

como si lo estuviera...

veo cómo mi pueblo se llena de tags

y detrás de éstos

jóvenes que reclaman un futuro

¿y yo qué hago?

¿qué madres puedo hacer?

¿Convertirme en su madre?

ya tienen una y quizá hasta dos

Dejaré la butaca vácía,

no puedo más,

voy por el mundo

y haré algo

lo que sea, que no sea esta expectación que me asesina.

Por lo pronto, diré lo que sucede con todas sus letras

http://www.radiover.com/ de lunes a viernes 13:00 horas, hora de México.

miércoles, 21 de abril de 2010

Y tirar y tirar, y tirar y tirar

Y tan poco que se ocupa para empezar a sentirse desgraciado...


tan complejo es adelantarse al derrumbe,


presentir la caída,


asirse de una red, predecir el vacío.




Si derroco mis raíces


si me tumban las consiguientes


sé lo que viene:


el deslave,


el inevitable derrumbe








Ya tendremos tiempo para limpiar...

dejar huella no es siempre limpio

mas es indispensable.






sábado, 17 de abril de 2010

... y también hablando de política porque todo me remite a ésta

Los jóvenes de ahora son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida y le faltan al respeto a sus maestros. (Sócrates 470-499 a.C.)




No hemos cambiado gran cosa... tan sólo en apariencia.
Luego de la reflexión podríamos intentar hacer en nuestra mente la caricatura de la línea 'evolutiva' de la política mexicana. También podríamos imaginar la línea involutiva.

miércoles, 14 de abril de 2010

Entre más obscuro, más clara será la luz...


Y ahora tengo más presente que nunca, que la puerta está abierta.
Tú también, es obvio.
Y quizá también sepamos que la luz que se vislumbra por sus rendijas no sea mera ilusión óptica.
Vemos claro pues, pero nos quedamos aquí,
enredados, con lo nuestro.
Esto que tenemos,
ni es diáfano, ni es santo, pero es.

jueves, 8 de abril de 2010

Nuestro cariñito de papel

Son "las voces de la noche" las que me aseguran que lo "nuestro" es tan sólo un cariñito de papel,
de papel de china.
Presos de cualquier insinuación incendiaria,
a cargo de nuestra naturaleza, tan distintos, tan incoherentes, tan incompatibles, tan imposibles y en un constante contracorriente.
Y cada mañana me quiero hacer añicos, encender por fin la llama y hacerme humo, y tu mano y tu jugo de naranja me usurpan el atentado
te hacen de carne y de hueso.

Rescatar las sombras

Entre las sombras están las huellas, piezas del rompecabezas que nos atañe, y en medio de todo, la fuerza que agita al universo personal: el intento.

domingo, 14 de febrero de 2010

de la carga a la trepada

Y están entre la parentela los que tenemos lejanos, los que nos dejan una gran huella, los que apenas son una marquita y los que se nos trepan hasta el alma...
... a la buena o a la mala… estos sobrinos, qué caray, que son un amor que a veces no cabe ni mencionar ni hay espacio suficiente par acomodar el sentimiento ése que se desborda de uno.

La carga

Entre las mil y una personajas que he hecho de mí misma, están siempre las herencias de quienes me precedieron, me he dado cuenta que la búsqueda de mi autenticidad la resumo en el haber aceptado todo lo que me han dado, por gracia de la sangre y por la generosidad de las víctimas de mis consanguíneos.Conmigo, en mi mochila cotidiana, cargo con momentos, imágenes, regalos, regaños, lecciones, sonrisas, viajes, abrazos, y algunos rencores de mi parentela. Mis parientes viven conmigo aún sin quererlo, desde mi primo más lejano, hasta mi tía más consentida, los vivos y los muertos, me habitan. Recrear el corazón de cada uno ha sido un ejercicio indispensable para mi sanidad espiritual, con ello, en cada pincelada, he drenado perdones, he tamizado situaciones, y las circunstancias, las malditas circunstancias, me han hecho el mandado, no ha habido algo que se haya podido interponer entre mi cariño y los corazones de mi árbol genealógico. La carga de la parentela es un gran regalo, he caído en cuenta, que de huérfana sólo llevo la ausencia de mi madre, el resto, todos mis indispensables, no me dejaron sola, me dieron, me amaron, me cobijaron, me hicieron esta savia que se desliza hasta su corazón cada que me entra la sed, y si no la sacian es porque el día que ya no tenga sed, entiendo, estaré como los que me acompañan en el jardín trasero de mis muertos, tres metros bajo tierra. Epazote, ruda, toronjil, romero, albahaca, cilantro, perejil, eneldo e hinojo, hierbas aromáticas del patio de atrás, y la composta apesta, pero no hay nada sano que no se haya podrido de vez en vez.

martes, 9 de febrero de 2010

Entre los dientes


Dicen de las aceitunas, un instante en la boca, una eternidad en las caderas, y qué más da, bien que le entra uno a las deliciosas aceitunas, y si me las dan con jocoque, bueno, se me olvidan hasta las caderas. Luego del bocado, se queda entre los dientes, un pequeño filamento de aquél bocado, y suele ser molesto, tan así es que por eso decimos cuando no decimos, que las palabras se agolpan entre los dientes, y de dientes para afuera, lograremos emitir una frase poco deseada pero necesaria, es el ni modo clásico y tan educado que nos caracteriza a los mexicanos. Ni modo. Y las comilonas, no son para siempre, hay que levantarse de la mesa, pagar la cuenta, dar propina, y el suculento platillo, se queda en la memoria que nos hará regresar a esa mesa con todo gusto, aunque nos toque pagar de nuevo. Ni modo. Y el pa' siempre, entre más crece uno, menos existe, menos se da, y menos esperanza se tiene en que se dé, de perdido de chiripa, y cada vez, se sostiene el instante con mayor regocijo. Ni modo. Y ni la mitología griega que nos prepara para siquiera pensar que el martirio pueda durar pa' siempre, nada, que un día ya nadie nos quiere devorar el hígado, ni nos hace subir al monte a sembrar margaritas en los rieles de un tren fantasma, ni eso dura pa' siempre, ni modo. ¿Pero quién quiere levantarse siempre a las seis de la madrugada cuando se duerme a las cuatro?, ¿quién desea llegar cada mañana a un lugar inhóspito, y por su descalificación diaria?, ¿quién puede desear un trabajo en el que además de que le pagan poco, le regañan todos los días por ser como como es? Yo, ni modo. Y ya ni modo.

jueves, 14 de enero de 2010

Tú pon pal gas que yo traigo pa la luz

... y dirás que no es bastante, pero hoy es fin de quincena para los menos desafortunados, que otros cobramos con trabajos una vez al mes.
No hay gas en la casa,
y la sola idea de bañarme con agua fría me congela el deseo del baño,
a veces no alcanza con la luz propia y se ocupa de que alguien se moche con una feria.

Me deseo lo mismo que te deseo, que casi te alcance con lo que traes puesto.
El restante merito déjaselo un poco al azar, otro poco al amor que alguien sienta por ti... crecerán margaritas en las vías alternas, ¿por qué no?

p.d. Ya también se va este cuadro a la pared de alguien a quien si le alcanza, pal gas, y pa la luz, y hasta para comprarme un corazón que se ríe de sus limitaciones.

viernes, 1 de enero de 2010

Antes de arrojarse al vacío:

1.- Mirar de cerca la herida, no vaya a ser que ni sea para tanto.
2.- De un lado de la balanza, el amor, ese amor hecho por ratitos; del otro lado de la balanza, sostener el efímero enojo y convertirlo en peso neto de la rabia que verdaderamente nos acongoja.

(Está claro que vivir con rabia no es vivir. Pero la rabia se confunde con otros 'sientos', así es que ese sentir que se cree es rabia, se drena, se lava, y se sopesa en netas, sin basuritas, sin estorbitos).


3.- Orear el corazón al aire libre, en soledad, entre pláticas escucharse uno mismo, conseguir sacudirse la pelusa.
4.- Aclarar. Cloro. Lejía. Conversar. Gritar. Afinar. Desafinar. Callar y hallar un pensamiento claro a pesar del eco de 'me la debes' que nos acecha.

(Entre el me quedo y me voy, está un nuestro amor que me temo es más mío que tuyo. Entre el a qué me quedó y a qué me voy, el mundo promete, tú inconsistente).

5.- Llorar. Vomitar en negro.

Luego al vacío, nunca antes de esto, no se puede.

En fracción de segundo...

la niñez vista desde afuera dura lo que una jugosa manzana consumida por ávidas mordidas . Y sus sonrisas permanecen subcutáneas para lo que viene.