Mapas. Para llegar a casa, por lo intricado de las vías para llegar al hogar, suelo apelar al uso de un mapa, le pongo una señal que todos comprendan, una gran tienda con su enorme letrero, una entrada que de tan transitada, famosa, en fin, un apunte si no universal, al por mayor familiar, que permita el arribo puntual. Los mapas son, una herramienta para hallarse, para atinarle al descubrimiento, para saber con exactitud, para delimitar y planear, ¿y por qué no?, para desenterrar el tesoro extraviado de alguna leyenda. La geografía, presente en la literatura de muchas maneras, a modo de mapas hablados funciona cuando un libro te da la pista para encontrar el secreto de algún autor, otro libro te da la clave para desenmarañar la biblioteca de Babel de Borges y otro libro más, tal vez te pueda dar la ubicación exacta de la isla del deseo del Mogador de Marruecos plagado de poesía erótica. “Mapas para amantes perdidos”, es un título que me llamó la atención, tanto, que logré hacer a un lado la zozobra que me provocó su portada, pues ésta da la impresión de que la novela del interior pertenece a una historia con poca literatura y mucho romance, apariencia misma que tiene que ver poco con la realidad del interino de sus páginas, y no que en éstas no haya romance, encuentros y desencuentros, es que la manera en que se dan, son absolutamente literarios. Bien por mí, ahora en directo, te quiero recomendar que busques estos mapas en las palabras de su autor, Nadeem Aslam con el corazón bien puesto, ya que Mapas para amantes perdidos es un libro tan peligroso como el amor. Las primeras páginas recuerdan la manera de los árabes para expresar un poema, el uso de la metáfora es indispensable para que el lector enfoque el punto, Nadeem toma una lupa y nos lleva de la mano, despacio a una imagen que nos mantendrá a salvo durante el resto de la narración plagada de sucesos. Los mapas tienen la facultad de graficar relieve, flora, fauna, estaciones de servicio, carreteras, caminos, hidrografía y hasta pueden apuntalar un buen lugar para comer; los mapas para amantes perdidos colocan palabra a palabra, metáfora a metáfora, las claves para encontrar, y reencontrar si es preciso, la peligrosa apuesta que representa el amor.
¿Qué leer está en chino? No, qué va, ya lo estás haciendo. Lo que está en chino, es desenmarañar las claves que un mapa pueda contener, por ello recomiendo una atención suprema a la hora de escuchar las indicaciones, abrir la mente y el corazón para poder, si no albergar, traducir las metáforas que el acertijo de un mapa pueda proponer. Si has navegado por la geografía intrincada que es el cuerpo del ser amado, si has estado al a los pies de tu objeto predilecto de tortura, entonces, estás preparado para “Mapas para amantes perdidos”.
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