Los poetas son los moldeadores del fuego, no es que lo amansen, no es que lo aticen, es que lo moldean, lo ponen de tal forma ante nuestros ojos que le hallamos forma, sentido, sabor y aroma. El poeta vierte su pasión en imágenes que construye palabra a palabra. El poeta es el encargado del fogón, cuece el pan y le cuida para doblar tamaños y disminuir humedades en la zarza que construye justo arriba del horno, una vez que el amasijo tiene forma, nos lo presenta, para que uno, como simple mortal que se es, pueda entonces decidir si sentir o sucumbir ante la tentación de una concha o de un chamuco… a jalón de trenzas y chocolate ardiente, quemarnos la boca y pedir más atole con el dedo. El poeta es quien cocina lo que siempre hemos anhelado, es quien adorna los ingredientes que nos persiguen en sueños guajiros, en pesadillas interminables, el trabajo del poeta, es un trabajo duro. Trabaja en soledad y en silencio, hace lo que sabe hacer, hace lo que siente debe hacer, hace imágenes con palabras, coloca su huella en las yagas de quienes ni siquiera conoce, hace que hace y a veces siente que no hace nada, a pesar de firmar sus libros, y firmar con su nombre, poco sabe el poeta del solaz que brinda, de la inquietud que mata a versos. El fuego está de luto y yo, y muchos más también, Mario Benedetti ha dejado tanto fuego moldeado como un adiós pintado en millones de labios, y él era quien decía, “Si cada hora vino con su muerte, si el tiempo era una cueva de ladrones, los aires ya no son tan buenos aires, la vida nada más que un blanco móvil y usted preguntará por qué cantamos... Si los nuestros quedaron sin abrazo, la patria casi muerta de tristeza, y el corazón del hombre se hizo añicos antes de que estallara la vergüenza. Usted preguntará por qué cantamos... Cantamos porque el río está sonando, y cuando el río suena, suena el río. Cantamos porque el cruel no tiene nombre y en cambio tiene nombre su destino. Cantamos porque el niño y porque todo y porque algún futuro y porque el pueblo. Cantamos porque los sobrevivientes y nuestros muertos quieren que cantemos”. (Fragmento del poema por qué cantamos). Hoy, la Tierra ya no puede ser el misma, hoy Gaia recibe en su seno a un poeta, y deja a la humanidad sin palabras, nos mira desde dentro, desde ella misma, agitando la mano, balbuceando imposibles, en llanto para despedir a quien nos cantó sin cesar un compromiso lineal e inquebrantable, hoy, la Tierra está contenta, le han regresado a un ser que le dolió parir y le ardió dejar vivir, hoy, regresa a ella como un niño al seno de su madre después de un largo día de juego… “cantamos porque llueve sobre el surco y somos militantes de la vida y porque no podemos ni queremos dejar que la canción se haga ceniza”. ¿Qué leer está en chino?, lo que está en chino es aceptar que Benedetti no escribirá más, no más.
2 comentarios:
Estoy yo también de luto, por el papel que Benedetti tuvo indirectamente en una etapa inportante de mi vida...
A manera de homenaje los que lo conocemos y somos (o estamos convencidos de ser) poetas, le dedicamos glosas, parodias, variaciones, ensayos, paráfrasis, etc. Lo cual nos dice que Bendetti comienza a revivir...
Fe de erratas:
Lamento haber escrito "inportante". Es un mero error de dedo...
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