...pero no en todos los desniveles del corazón.
Un estar bien ocupa de harta reparación, y como las carreteras, mientras se bachea la entrada, ya se abren nuevas hendiduras en la salida.
Quizá, como hasta ahora, el estar bien sólo me llegue a ratos,
por ráfagas de olor a tormenta eléctrica,
quizá mi treparme a mi misma sólo sea una ilusión de arreglo personal,
pero estos andamios son la prueba irrefutable de que he usado mis herramientas para hacer ajustes en varios niveles.
Y allá afuera, siempre un despertar de pájaros,
siempre un cielo azul en espera.
Y para apreciar el allá afuera,
nada como los sótanos personales.
P.D. Hoy andamios contentos, porque Andamios se va de mi lado a ser compañía de un gran corazón. Ciao Andamios.