jueves, 14 de enero de 2010

Tú pon pal gas que yo traigo pa la luz

... y dirás que no es bastante, pero hoy es fin de quincena para los menos desafortunados, que otros cobramos con trabajos una vez al mes.
No hay gas en la casa,
y la sola idea de bañarme con agua fría me congela el deseo del baño,
a veces no alcanza con la luz propia y se ocupa de que alguien se moche con una feria.

Me deseo lo mismo que te deseo, que casi te alcance con lo que traes puesto.
El restante merito déjaselo un poco al azar, otro poco al amor que alguien sienta por ti... crecerán margaritas en las vías alternas, ¿por qué no?

p.d. Ya también se va este cuadro a la pared de alguien a quien si le alcanza, pal gas, y pa la luz, y hasta para comprarme un corazón que se ríe de sus limitaciones.

viernes, 1 de enero de 2010

Antes de arrojarse al vacío:

1.- Mirar de cerca la herida, no vaya a ser que ni sea para tanto.
2.- De un lado de la balanza, el amor, ese amor hecho por ratitos; del otro lado de la balanza, sostener el efímero enojo y convertirlo en peso neto de la rabia que verdaderamente nos acongoja.

(Está claro que vivir con rabia no es vivir. Pero la rabia se confunde con otros 'sientos', así es que ese sentir que se cree es rabia, se drena, se lava, y se sopesa en netas, sin basuritas, sin estorbitos).


3.- Orear el corazón al aire libre, en soledad, entre pláticas escucharse uno mismo, conseguir sacudirse la pelusa.
4.- Aclarar. Cloro. Lejía. Conversar. Gritar. Afinar. Desafinar. Callar y hallar un pensamiento claro a pesar del eco de 'me la debes' que nos acecha.

(Entre el me quedo y me voy, está un nuestro amor que me temo es más mío que tuyo. Entre el a qué me quedó y a qué me voy, el mundo promete, tú inconsistente).

5.- Llorar. Vomitar en negro.

Luego al vacío, nunca antes de esto, no se puede.

En fracción de segundo...

la niñez vista desde afuera dura lo que una jugosa manzana consumida por ávidas mordidas . Y sus sonrisas permanecen subcutáneas para lo que viene.